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GATO POR LIEBRE

El nuevo logo del Banco de Bogotá es igual al de una fábrica de automóviles de Bulgaria.

29 de abril de 1985

La palabra logotipo, que en tipografía se refiere al conjunto de dos o más letras fundidas para facilitar su impresión, es utilizada para designar la marca o símbolo que una entidad adopta como emblema. Aunque se conocen marcas desde el imperio romano, mediante las cuales los fabricantes de cerámica y vidrio personalizaban sus productos, solamente tuvieron un resurgir en el presente siglo. La Alemania de los treinta y luego Suiza durante y después de la guerra elevarían este producto al terreno de la necesidad en las comunicaciones de grandes empresas, bancos, compañías de aviación, etc. El célebre fabricante de papel Fabriano, en 1275, estableció la primera marca de agua en papel. Luego, en el siglo 17, las compañías aseguradoras contra incendios, colocarían placas con sus marcas en los edificios de los clientes. Epocas en las cuales las casas carecían de numeración y el uso de direcciones no era muy usual. Más tarde la revolución industrial desplegaria con todo su vigor el uso de las marcas mediante grafismos o la firma del fabricante en los productos. En Colombia, empezamos a ver logotipos en la década de los sesenta. El pionero de esta modalidad era un recién egresado de Yale, David Consuegra, de cuyas manos salieron importantísimos proyectos, pulcros y efectivos. Fue en esta época que Bavaria contrataria los servicios de un europeo para diseñar su emblema. Otros diseñadares con el tiempo fueron llenando los vacíos: D. Castro, B. Villegas, C. Duque, G. Gómez, etc., quienes tomaron la batuta del diseño de marcas.
Campo especializado y complejo. El logotipo debe resumir en un símbolo toda la idea de una empresa, con valor efectivo, buena legibilidad, simplicidad de dibujo y lo más importante: ser único y diferente a los demás. El plagio en las marcas es lo más recurrente. Daniel Samper Pizano demostró que el de Cafam tenía antecedentes. El de Unicentro de Bogotá es un plagio de otro símbolo gringo o el de Caracol. Otras veces las empresas rechazan un nuevo logotipo. La multinacional Sony citó a concurso internacional con miles de dólares en juego, y no le satisfizo el resultado. Publicó los dibujos de los tres primeros, pagó y no los utilizó. Sigue con el anterior y tal vez con mayores ventas. Cuando el Sena rediseñó el año pasado su logotipo, la página editorial de "El Tiempo" tildó el cambio de "ocioso" .
El reciente diseño del emblema del Banco de Bogotá ha de provocar una polvareda. No sólo obligó un cambio en papelería sino que todas sus fachadas de sucursales bancarias adoptaron una nueva señalización. Para empezar, el logotipo es idéntico al de la fábrica Balkancar de Bulgaria especializada en automóviles, y diseñado por el búlgaro Stephan Kantscheff. Los colores de la señalización callejera son idénticos a los adoptados por el metro español. No en vano. El logotipo fue encargado, hasta donde se sabe, a una empresa española: Sygma-Video. Se despreció la oportunidad de hacer un concurso con talento colombiano (que lo hay) y de no repatriar divisas. Y nos metieron gato por liebre.
En diseño, como en literatura o pintura, si se trabaja con ideas originales, no hay el menor riesgo de acercarse a las coincidencias. El nuevo logo trabaja con una sola "B" cuando lo obvio es que las dos bes eran el punto de partida. ¿Quién recomendó a esos plagiadores? ¿Por qué no hubo claridad de los responsables? ¿Cuánto dinero hubo en juego? Se dice que fueron varios millones de pesos en costos. Y además, es malo. Si el lector observa la tipografía encontrará que el remate de la "t" y la "a" es muy ambiguo, como si se hubiera sacrificado la te. Son varias las preguntas que el Banco de Bogotá debe responderle a sus cuentahabientes. Son varias las demandas que podría enfrentar. Para escarmentar, la de la propia compañía búlgara. Luego, la del propio orgullo, lesionado por piratas gráficos, amparados a miles de kilómetros. Y la de la propia ignorancia: el logotipo plagiado figura en algunos libros de diseño, como ejemplo de belleza y funcionalidad.