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GRITAN COMO CANTAN

La portada del disco de de los Olímpicos recrudeció la guerra entre los divos españoles.

19 de octubre de 1992

A DIOS DIRECTAmente se ha encomendado la mezzosoprano madrileña María Teresa Berganza para que nunca más le permita volver a cantar con "los tres mosqueteros". Así llama a la soprano Montserrat Caballé y a los tenores Plácido Domingo y José Carreras, a quienes acusa de aprovecharse de su popularidad en la prensa internacional "para asestar una puñalada trapera" y añadir que "no todos los que salen en los medios de comunicación son los mejores: somos unos seis o siete cantantes en España que estamos dentro de la misma categoría" .
Se rebosó la copa, pues en la portada sólo aparecen las fotos de "Los Mosqueteros" y en letras menores se anuncia: "Con Teresa Berganza y Alfredo Krauss".
En el lanzamiento" ante unos 200 periodistas de todo el mundo, Carreras, asesor musical de los juegos, perdió los estribos y expulsó del recinto Juan Manuel Trujillo, relacionista público de Krauss, quien lo desmintió cuando este trató de explicar su fallida intentona de marginar a Krauss de la ceremonia inaugural.
Caballé puso su gota de veneno: "No somos culpables de que la compañía discográfica considere que vendemos más. !Que se enfaden con el "marketing, internacional!".
Berganza replicó: "En ningún momento sospeche que detrás de todos estaba la mano negra, esas fuerzas mafiosas, contra las que no se puede hacer nada porque te puede caer una denuncia" aludiendo al poderoso clan (Saballé, la agencia que maneja los intereses artísticos de Montserrat y Carreras.
Domingo ha resuelto marginarse, bastante tiene con su Teatro de la Maestranza de Sevilla, donde la caída de una escenografía causó la muerte de un empleado y el asunto pasó a manos de los jueces.
Arrepentida, la Berganza reniega hasta su participación en la ceremonia de Montjuich: "Era una exhibición a destiempo, manejando fragmentos de ópera adulterados. Al final de tantas emociones, el desfile, la antorcha, el arquero y la llama en el pebetero, la salida de seis cantantes con sus fragmentos de ópera me ha parecido un castigo para la mayoría del público inocente".
Lo cierto es que los divos españoles, sensibles no sólo en materia de arte, siguen dando muestras cada vez más evidentes de que son eapaces de gritar más fuerte de lo que cantan.