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GUERRA LASER

Las casas disqueras del mundo se pelean el mercado clásico mundial.

25 de diciembre de 1989

La industria del disco láser, tanto en audio como en video, le ha permitido a empresas de larga tradición vivir una sensacional segunda primavera. Sin mayores problemas económicos, las grandes firmas no sólo pasaron a la nueva tecnología, sino que, gracias a los monumentales archivos que poseen --donde reposan grabaciones de valor artístico incalculable--, hoy reeditan esos materiales sacándoles dividendos por partida doble. Sin embargo, dormirse a deshoras puede significar dejar de percibir millonarios ingresos, y tal cosa acaba de sucederle a uno de los sellos de mayor prestigio. Para la muestra están los siguientes ejemplos, que ilustran la guerra entre casas disqueras:

·Bien se sabe que el que pega primero pega dos veces, y los japoneses, expertos en llegar siempre a tiempo, acaban de propinarle un serio golpe a Deutsche Gramophon. Esta casa, que por espacio de muchos años comercializó toda la producción discográfica del director Herbert von Karajan, por un descuido --que algunos juzgan imperdonable-- se dejó meter el gran gol del año 89. Con olfato de sabueso, Norio Ohga, de la empresa Sony Classical, días antes de la muerte del músico logró arrancarle la firma de un contrato que le aseguró a la multinacional nipona la exclusividad del testamento del director austriaco. Se trata de 45 videos de más de una hora de duración cada uno, y con este as en la mano el cerebro japonés ya empezó a cranear una ofensiva mundial para colocar en el mercado del video, del disco y del videodisco compacto un material que le representará ganancias archimillonarias.

·Fuerte impacto debió causar tal avivatada, pero Deutsche Gramophon tiene suficiente material para sacarse no uno, sino varios clavos. Posee un legado infinito de grabaciones de Von Karajan con las orquestas filarmónicas de Viena y de Berlín, y ahora acaba de anunciar el lanzamiento de un tesoro que ha titulado "Los inéditos de Moscú". Se trata de una serie de grabaciones del gran director de orquesta Wilhelm Furtwan gler, logradas entre 1942 y 1944, en plena II Guerra Mundial, con la orquesta Filarmónica de Berlín, las cuales fueron descubiertas en 1945 y confiscadas por el régimen soviético. Estas bandas originales, inéditas en su mayoría, por espacio de 44 años durmieron ocultas en los archivos de la radio soviética. Después de engorrosas y largas negociaciones y de dos años de restauración del material, son propiedad ahora de Deutsche Gramophon, que empezará a comercializarlas en breve.

·Sin embargo, las cosas no terminan ahí. La EMI, por ejemplo, ha encontrado en los musicales un filón millonario. Principió con Show Boat y para darle óptima calidad incluyó notables figuras de la lírica del momento como Frederika von Stade o Agnes Baltsa. El gran resultado se vio en varios premios, ganancias millonarias y, en vista de la acogida, edita "Kiss me Kate", donde cantarán Josephine Barstow y Thomas Hampson.
·Pero EMI no descuida el repertorio lírico tradicional y acaba de lanzar al mercado europeo un nuevo "Rigoletto", de Verdi, dirigido por Ricardo Muti, con la orquesta y coros del Teatro Alla Scala de Milán. El interés de esta versión para los colombianos radica en que en ella canta la mezzosoprano Marta Senn, interpretando el papel de Magdalena.

·El sello Orfeo se ha ido por el lado de las rarezas y acaba de presentar la primera grabación que se conoce del Septeto en Mi menor, obra del archiduque Rodolfo de Habsburgo. La partitura fue recientemente descubierta por el músico Dieter Klocker, quien, ojeando una tarde en la biblioteca de Viena papeles que consignaban la sucesión del archiduque, encontró la obra.

Y como si la competencia no fuera suficiente, ahora los teatros y ciertas orquestas han anunciado la salida de sus propios sellos discográficos. El Covent Garden de Londres ya sacó al mercado la primera de sus producciones balletísticas y prepara discos de selecciones operáticas con artistas de óptima calidad.

La competencia en este campo está en pleno furor. Lo que habrá que averiguar de ahora en adelante es si, en esta época de rock y lambada, quedan suficientes amantes de la música clásica como para que tantos proyectos tengan salida.--