Hilos y pinturas

La nueva exposición de Luis Fernando Roldán, ‘Sueños y remanencias’, tuvo varios puntos de partida y se condensa en tres tipos de trabajo diferentes. Por un lado, el artista empleó algunas fotografías que diferentes medios de comunicación habían publicado y que le llamaron la atención por la historia que encerraban. De allí nacieron varias pinturas de pequeño formato, que hacen alusión a esas fotografías de alguna manera: no es una copia sino una abstracción de las mismas. Cada pintura encierra una historia. Por otro lado, Roldán se dio cuenta, mientras buscaba retazos de sábanas para concluir una obra, que esos retazos eran la obra misma. Untó la sábana de grafito, la rasgó y esos retazos adquirieron un nuevo peso y significado. Según Roldán, esa ‘segunda piel’, ahora rasgada, pudo representar algo inservible pero ha adquirido una nueva dimensión. Las sábanas rasgadas son distribuidas en un fondo blanco de papel que genera una ilusión óptica particular. Si se mira bien, hay hilos pequeños que se desprenden y que ‘dañan’ la obra. Finalmente hay una serie de pequeños hilos distribuidos en papel blanco que dan la impresión de ser poemas ilegibles. Esos hilos se acomodan, de cierta manera, a su antojo, pues son tan pequeños que se le pueden salir del control al artista. Uno de los propósitos de Roldán, entre otros, es mirar el concepto de personalidad y la manera como una persona puede tener diferentes “caras”, también porque otras personas así lo quieren. Tal vez, viendo la muestra, el espectador se identifique con una de esas pinturas o dibujos. La exposición está montada de una manera muy particular en el primer piso de la Galería Diners, mezclando eso que Roldán ha llamado “Sueños”, “Diario”, y “Remanencias”, esa palabra que lo atrapó tan pronto halló su significado en el diccionario: “Aparecer de nuevo e inopinadamente”.

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