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La historia del chianti: cómo se produce y de dónde viene

SEMANA habló con Lucas Alves, el embajador de este vino en el mundo, que participa en la XII versión de Expovinos en Bogotá.

2 de agosto de 2017

En la colorida y central zona de la Toscana, una de las veinte regiones que conforman la república italiana, se concentra la mejor producción mundial de vino. Además de ser un espacio donde converge el arte, la gastronomía y la historia, es una de las casas principales del chianti, vino que se remonta desde el pueblo Etrusco en lo que hoy se conoce como Florencia.

Se dice que la poderosa e influyente familia Médici tenía un vino favorito que provenía de uvas que estaban en la misma zona donde hoy se sitúan los viñedos de chianti. Fue hasta 1870 que el político Bettino Ricasoli describió la fórmula principal del vino que hoy produce el Consorzio Chianti, creado en 1927, y que reúne cerca de 3.000 productores que fabrican unas cien botellas por año.

Este año el vino Chianti es uno de los invitados de honor de la XII edición de Expovinos. SEMANA habló con Luca Alves, el responsable de Marketing y Prensa Internacional del Consorzio Vino Chianti.

SEMANA: ¿Cuál es la verdadera historia del chianti?

Luca Alves: Se habla del chianti desde hace mínimo tres siglos. Su producción en la Toscana es milenaria y su historia se remonta a los romanos, incluso a sus antecesores, los Etruscos. Siempre hubo vinos tintos en Toscana y, entre ellos, seguramente el más característico y más producido es el chianti.

SEMANA: ¿Y quién es su pionero?

L.A.: El Barón Bettino Ricasoli, a finales de 1800, hizo la primera fórmula de composición del vino con una mezcla de uvas locales. Él fue el primero en especificar cómo era las dosis con la cepa sangiovese, que aún sigue siendo la cepa principal, junto a otras como la canaiolo y colorino, que son dos uvas indígenas tintas que son combinadas con dos blancas, como trebbiano y malvasía, también utilizadas en el pasado.

SEMANA: ¿Cuál es la diferencia entre un chianti con uno que se produce, por ejemplo, en España o Francia

L.A.: El chianti prácticamente está alineado con varios vinos italianos utilizando cepas que se producen solo en Italia. Se hace mínimo con 70 por ciento de cepa sangiovense que se cultiva, en gran parte, en la Toscana. Los principales vinos de esa zona, además del chianti, son el Brunello di Montalcino o el Nobile de Montepulciano y están hechos a partir de esa uva que es emblemática. A diferencia de los vinos franceses, donde la cepa es internacional y no local.

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SEMANA: ¿Por qué en Latinoamérica no hay mucho consumo de chianti?

L.A.: Eso hay un explicación por un lado técnica y por el otro, puramente de mercado. Los esfuerzos que está haciendo el Consorzio Vino Chianti en el mercado en Suramérica son nuevos. Para nosotros son mercados emergentes, aunque hay una costumbre muy fuerte en el consumo del vino. El trabajo es reciente, así que las denominaciones como las españolas, las francesas y los que producen en Latinoamérica tienen más experiencia en la región y un mercado más sólido. Por otro lado, como no hay el producto, se conoce poco. El trabajo que estamos haciendo es explicar qué es el vino chianti, cómo se produce, de dónde viene y cuál es la cultura detrás del producto final: como el arte y la comida, entre otras cosas.

SEMANA: ¿Cómo se logra un buen chianti?

L.A.: Es la misma respuesta de cómo se logra un buen vino. El chianti entre los vinos italianos es seguramente el más exportado históricamente. La producción es de un 30 por ciento para Italia y el otro 70 por ciento se exporta. Es un trabajo agrícola muy importante, tratando muy bien la producción en el viñedo. A veces hay un cambio climático repentino y los productores tienen que cuidarse cada vez más, se convierten en psicólogos de la viña, deben interpretar el cultivo de las uvas. Cada cosecha nos da la información necesaria para saber qué tipo de vino puede salir o qué características puede tener.

SEMANA: ¿Cómo es el tipo de vinicultor de los viñedos del chianti?

L.A.: El Consorzio es un conjunto de productores que cuenta con más de 3.000, de esa cantidad, cerca de mil, finaliza un producto propio. Lo que hacemos es reunir a la mayoría de esos productores para garantizar que el producto final llegue en buen estado al consumidor. Todos los procesos burocráticos deben ser monitoreados por el Consorzio, los productores eligen a los trabajadores, es una selección que solo hacen ellos.

SEMANA: ¿A qué público llega este vino?

L.A.: El chianti llega prácticamente a todos los públicos: tradicionalmente es un vino de mesa que se combina con la comida. El vino se puede consumir de una manera diversa, por esa razón logra ser interesante para varios tipos de públicos, como los millennials, y también un público más maduro.

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SEMANA: ¿Cómo se puede maridar el vino Chianti?

L.A.: El vino chianti maduro tiene una cepa de buena acidez, entonces, es muy versátil y nos da la oportunidad de maridar no solo con platos italianos, sino desde los asiáticos hasta los norteamericanos y suramericanos con mucha facilidad.

SEMANA: ¿Cuánto puede costar?

L.A.: Un chianti de añada, que es uno de los más jóvenes, puede costar entre los cinco y diez euros depende de la cantidad y la calidad, también si es de productores pequeños o grandes. Digamos que un Chianti superiore, que tiene un tiempo de maduración entre uno y dos años, cuesta un poco más: entre ocho y doce euros. Un Chianti reserva, que es aún más añejo, entre los 10 y 35 euros. Sin embargo, el precio varía dependiendo del trabajo y de la producción por año. El productor claramente puede cambiar el precio final.

SEMANA: ¿Cuál es la diferencia entre vino tinto y el vino blanco de etiqueta Chianti?

L.A.: La marca solo tiene vino tinto. Hay una excepción de vino blanco que lleva el sello Chianti y es el Vin Santo. Ese lo presentaremos en Expovinos de manera exclusiva para que los consumidores lo puedan catar.