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HISTORIA EN DOS TIEMPOS

Investigaciones sobre el mundo antiguo y un estudio sobre rebeliones coloniales en América Latina publica el Fondo de Cultura Económica.

20 de diciembre de 1982

El Fondo de Cultura Económica ha editado dos libros sobre historia que abarcan, uno la discusión sobre la metodología de esta disciplina y las investigaciones acerca del mundo antiguo, y otro las rebeliones coloniales sudamericanas.
El libro escrito por Eduard Meyer, titulado "El historiador y la historia antigua" es una colección de ensayos sobre las cuestiones teóricas de la historia, sobre Moisés, el emperador Augusto, los Gracos, la economía en el mundo antiguo, la esclavitud. Finalmente, el autor rinde homenaje a la figura más representativa de la escuela alemana de la Historia, Theodor Mommsem, Nobel de literatura por su investigación sobre la historia de Roma, y orientador de una pléyade de intelectuales de finales del siglo XIX y comienzos del actual, como Burckhart, Ranke, Droysen.
Meyer es, en la historia, un fenómeno parecido al de Max Weber en la sociología, ya que sus investigaciones contienen un riquísimo material y denotan una búsqueda sistemática de elementos nuevos en la historia antigua. Entre sus concepciones teóricas, sin embargo, existe una discusión sobre su validez. Su pensamiento puede ubicarse a la derecha de lo que han desarrollado otras escuelas del pensamiento histórico, fundamentalmente en Francia e Inglaterra. Pero, al considerar el grado de nitidez y de proyección de un pensamiento, Alemania sigue en pie como la cumbre de donde emanan todas las tendencias.
Para Meyer, la historia es cíclica, nada evolutiva, nada progresiva, y el esclavo de la antiguedad no tiene nada de diferencia con el proletario moderno en lo que se refiere al régimen social. En lo que respecta a la teoría de la migración, Meyer sostiene que son los factores externos, las influencias de los inmigrantes o los invasores, los que determinan los rasgos culturales, políticos y sociales de una comunidad. Por último, sostiene la teoría racial de la supremacía y la depuración étnica.
Es bueno enfrentarse a los problemas que deja planteados Meyer en su libro, sin soslayar la discusión que debe hacerse a sus teorías. En él, por lo menos, hay una virtud, y es la exposición clara de su orientación en el campo de la historia. Sus teorías han pasado de contrabando por la historiografía moderna, incluso la de América Latina, en donde se acepta la concepción cíclica, la teoría de los factores producidos por los inmigrantes o invasores (en este caso los españoles) y la teoría de la supremacía racial (de la raza blanca sobre la raza indígena) sin consideración a las relaciones sociales de la producción material de bienes.
El segundo libro, escrito por Carlos Daniel Valcárcel, constituye un nuevo aporte al estudio de los movimientos insurreccionales coetáneos de la revolución de los Comuneros en la Nueva Granada, es decir, la revolución de Tupac Amaru en el Perú, su continuación en el levantamiento de Tupac Catari, los conatos del Paraguay y la Banda Oriental, el conato en Chile, los conatos en Quito, el levantamiento de Venezuela y los levantamientos y conjuraciones en Brasil. El título de "Rebeliones coloniales sudamericanas" encaja bien en la problemática del Siglo XVIII, con la crisis de lo que algunos autores han denominado el Pacto Colonial. Todas las rebeliones observan un rasgo común en el enfrentamiento contra la dominación ibérica o lusitana, pero cada una tiene rasgos específicos.
En el caso de Tupac Amaru, su impronta indígena y americanista se impone sobre otras consideraciones. En el caso de la Nueva Granada, existe una amalgama de intereses indígenas, vecinos blancos arruinados o pobres, pequeños agricultores y artesanos, en el caso de Brasil, tal vez el más desconocido de todos, la revolución de los alfaiates (sastres), que arrastró a todo el gremio de artesanos, zapateros, peluqueros, en una conjuración en la que se mezclaban elementos sociales e ideológicos muy avanzados para la época. Esta revolución se produjo después del aplastamiento de la que había promovido el famoso Tiradentes hacia 1788, por los lados de Recife y Bahía.
El libro de Valcárcel, un investigador reconocidísimo en Perú y América Latina sobre las rebeliones coloniales, está documentado en archivos que reposan en Europa y Estados Unidos, en donde como paradoja de las revoluciones independentistas, se encuentra el mayor cúmulo de datos sobre los esfuerzos de los pueblos latinoamericanos por liberarse del yugo colonialista, europeo y del Atlántico Norte.