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HUMOR URBANO

Pinturas que combinan policromía y crítica social.

5 de agosto de 1996

La obra de Nicholas Sperakis, artista norteamericano de ascendencia griega que se ha radicado en Bogotá, reafirma la posibilidad de expresar por medios pictóricos comentarios sobre la vida cotidiana y el medio ambiente del hombre de finales de este siglo, pero sin olvidar que el principal motor del arte moderno es la creatividad.Su trabajo -expuesto en la galería de Carlos Alberto González- está conformado por figuras risibles en posiciones y ademanes que hacen mofa de situaciones comunes para el hombre de la gran ciudad. Es decir, hay una explícita crítica social en sus representaciones y una corrosiva ironía en los episodios que representa, pero el carácter multicolor de sus pinturas y el ánimo caricaturesco de sus personajes las libera de todo transcendentalismo.Sperakis pinta con una técnica especial y refinada que mezcla el óleo con cera de abejas, terrabona, acrílico y pasta de modelaje, logrando acumulaciones cromáticas de varios centímetros. Los colores están dispuestos mediante círculos, cuadrados y rectángulos pequeños y adyacentes que mirados de lejos tienden a fundirse en la retina, un poco a la manera de las pinceladas del puntillismo. Es más, su obra requiere determinada distancia para su 'lectura', pero simultáneamente invita al observador a acercarse y comprobar su exigua tridimensionalidad. Algunas de sus representaciones se hallan subdivididas por una línea negra que les otorga cierta similitud con los vitrales.La obra de Sperakis sorprende por la técnica, intriga por el contenido y enriquece la escena artística nacional con un estilo y unos objetivos pictóricos que no tienen paralelo entre los artistas del país.