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IMPACTO PROFUNDO

Treinta segundos de efectos especiales no salvan a esta película de su propia catástrofe.

13 de julio de 1998

La remota posibilidad científica de que un cometa pueda chocar con la Tierra al punto de generar la extinción de la vida en el planeta, ha dado para que los magos de la Dreamworks se le midan a soñar en el celuloide con la magnitud de la catástrofe. Al fin y al cabo los efectos especiales hace rato demostraron que en la pantalla todo es verosímil, dependiendo del grado de realismo de los efectos técnicos. En este sentido la más reciente película de Mimi Leder no ha escatimado esfuerzos en simular con impresionante realismo el impacto de un cometa en el mar y sus devastadoras consecuencias. La secuencia, que muestra el poder de una gigantesca ola arrasando con la ciudad de Nueva York, es tan estremecedora que bien le vale un lugar en el anaquel antológico de los efectos especiales. Sin embargo la escena es demasiado corta en relación con la trama que la sustenta, una historia, como argumento de ciencia ficción, es una verdadera tragedia. Ante la inminencia del desastre natural el presidente de Estados Unidos decide enviar una misión espacial para intentar desintegrar el cometa instalando cabezas nucleares en su interior. Pero si este solo argumento resulta creíble, lo inverosímil sucede en la Tierra, donde las autoridades han elegido al azar un reducidísimo número de personas destinadas a sobrevivir a la hecatombe bajo tierra. Todo esto facilitado por la pasividad de la población, sospechosamente muy patriótica y estable frente a semejante alarma. Al margen de esta consideración corren las historias particulares, la de una reportera con problemas familiares y la de un adolescente en trance matrimonial, ninguna de las cuales logra penetrar en las entrañas del espectador para describir con cierta dosis de coherencia el tamaño de la tragedia que está por ocurrir. Así las cosas, Impacto profundo no pasa de ser una simple caricatura, sin rasgos de emoción, hecha como un pretexto para demostrar solamente hasta dónde han llegado los efectos especiales.