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Inframundo

Quien se atreva a ver esta película de vampiros debe armarse de mucho sentido del humor. *

27 de junio de 2004

Título original: Underworld.
Año de producción: 2003.
Director: Len Wiseman.
Actores: Kate Beckinsale, Scott Speedman, Shane Brolly, Michael Sheen, Bill Nighy.

No es tarde para evitarles a algunos incautos -incluso a los peligrosos fanáticos del género- la terrible experiencia de ver esta descerebrada película de vampiros. O bueno, no, quizás ni siquiera valga la pena evitarla: tal vez sea divertido ir a cine con algún amigo desocupado (uno con cosas que hacer jamás nos lo perdonaría) dispuesto a reírse de su total ausencia de sentido del humor, de su vergonzosa mitología de alcantarilla y sus escenas de acción robadas de los largometrajes más taquilleros de los últimos años. Es verdaderamente un milagro que sus actores, profesionales de primer orden como la delicada Kate

Beckinsale de Serendipity o el gracioso Bill Nighy de Realmente amor hayan conseguido pronunciar líneas como "supongo que jamás se te ocurrió que tendrías que sangrar para llevar a cabo esta maniobra" o "mitad vampiro, mitad lobo, pero más fuerte que los dos", sin sufrir ataques de risa incontrolables.

Antes de filmarla, los realizadores solían resumir la historia de Inframundo de la siguiente manera: "es 'Romeo y Julieta' ambientada en una guerra entre vampiros y hombres lobos". Y así, con todo, consiguieron 42 millones de dólares para filmarla, editarla y promocionarla. Y no fue un mal negocio: según www.boxofficemojo.com, esta interminable suma de persecuciones hasta el momento ha recaudado, en las taquillas del mundo, un poco más de 93 millones. Lo peor del asunto es que el final, una batalla en la que uno busca los controles del PlayStation debajo del asiento, deja las puertas abiertas para una segunda parte.