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Javier Camarena se presenta el viernes 6 de febrero en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá. | Foto: Cortesía.

MÚSICA

El tenor que cantaba Queen

El mexicano Javier Camarena llegó a Bogotá para presentarse después de un 2014 lleno de éxitos.

Jorge Patiño, editor de especiales de SEMANA
4 de febrero de 2015

Al otro lado de la línea telefónica, en México D. F., está Javier Camarena, uno de los mejores cantantes líricos del mundo. Peter Gelb, el director de la Metropolitan Opera de Nueva York, lo describe como uno de los tres tenores más importantes de Rossini en este momento (sus otros dos seleccionados son el peruano Juan Diego Flórez y el estadounidense Lawrence Brownlee).

Se ríe con ganas cuando se le pregunta por sus primeros trabajos, como cantante de bodas, fiestas de quince años y funerales. También estuvo en un grupo que hacía versiones de Queen. Aclara que lo de él solo consistía en cantar y que la suya no era una  banda tributo, por lo cual no hace falta buscar en Google alguna imagen vieja de Camarena con camiseta esqueleto y bigote postizo. “Fue en mi época de estudiante y debía pagar mi carrera. Ya vivía fuera de casa de mis padres y tenía que solventar mis gastos de renta y de partituras”.

Vuelve a reírse y queda claro que la calidez de Camarena sigue intacta. Hace un año, se le podía ver caminar con toda naturalidad por las calles de Cartagena, donde estuvo para interpretar el papel de Ramiro en La Cenicienta, de Rossini, durante el Festival Internacional de Música Clásica. 2014 fue un año fundamental para su carrera. Cumplió diez años desde su debut y confirmó a lo grande en Estados Unidos el éxito del que ya gozaba en Europa.

En abril se convirtió en el tercer ser humano al que se le concede hacer un bis en la Metropolitan Opera de Nueva York, donde no suele haber repeticiones. Sus antecesores habían sido Luciano Pavarotti y Juan Diego Flórez. Camarena estaba en esa noche de abril para reemplazar a Flórez, quien se enfermó y no pudo interpretar durante algunos días el papel de Ramiro, de la ópera La Cenicienta –la misma obra que interpretó en Cartagena-. El público enloqueció con un aplauso tan monumental, que Gelb autorizó al director de la orquesta y al cantante para que repitieran de inmediato lo que acababa de sonar. El aria que sacó al público de sus asientos fue 'Si, ritrovarla io giuro', que interpretará en la capital junto con la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Por supuesto, esto será apenas una parte del repertorio.

No le tiene miedo a que esa pieza se convierta en una marca personal, pero tampoco quiere encasillarse y que tenga que cantarla una y otrta vez por donde vaya. “A mí me fascina interpretar a Ramiro, pero no es algo que quedará como la obra obligada. Todavía me falta camino por recorrer y repertorio por explorar. Lo más importante es estar feliz con lo que uno esté cantando”, dice.

Al hablar de los días en que reemplazó al tenor peruano en Nueva York, se refiere a él como “el maestro Flórez”, a quien nunca le ha hablado de tú. “No puedo… le hablo de usted”. Pero el maestro Flórez sí tutea a Camarena. Esa es apenas una muestra de la humildad en medio de su gran ascenso y del cariño que le tiene al mexicano uno de los grandes de la lírica latinoamericana.

Antes de colgar, una pregunta obligada para los cantantes de alto nivel. ¿Cómo se cuida? “Tengo que ponerle atención al estómago para que no me afecte la garganta. Como mexicano me gusta mucho el picante, el chile habanero y el jalapeño, pero son irritantes y me tengo que cuidar. Cuando tengo presentaciones evito tomar cosas muy frías o muy calientes, café, grasa chocolates y alimentos que generen mucosas. Pero esto es cuando tengo compromisos de canto. Cuando no, llevo una vida bastante normal. Soy muy antojadizo”.

Javier Camarena se presenta el viernes 6 de febrero en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá.

Video del ensayo de La Cenicienta, de Rossini, en la Metropolitan Opera de Nueva York.