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La ingeniosa adolescente Juno MacGuff (Ellen Page) queda embarazada tras un brevísimo encuentro con su novio Paulie Bleeker (Michael Cera)

Cine

Juno

Un entrañable relato de iniciación que se convierte, con sabiduría, en una conmovedora comedia romántica.

Ricardo Silva Romero
1 de marzo de 2008

Título original: Juno.
Año de estreno: 2007.
Dirección: Jason Reitman.
Actores: Ellen Page, Michael Cera, Jennifer Garner, Jason Bateman, Allison Janney, J.K. Simmons, Olivia Thirlby.

Al final de Juno se siente que nada de lo de uno es tan grave. Que es, por supuesto, todo un logro. Y una de las tantas cosas que uno quiere sentir cuando entra a cine. Desde las primeras escenas se descubre que esta comedia, la historia de iniciación de una adolescente entrañable que pone en adopción al hijo que ha concebido tras un brevísimo encuentro con su novio, es un relato alejado de los lugares comunes, una pequeña sátira sin víctimas ni villanos, filmada sin aspavientos, protagonizada por una serie de personajes estupendos y escrita con un humor que no está dispuesto a sacrificar ni un centímetro de la trama: se descubre desde el principio, en pocas palabras, que se está frente a uno de esos largometrajes que hacen sentir al espectador cómodo e incómodo al mismo tiempo, uno de esos relatos que a la vez parecen algo que ya se ha vivido y algo nunca visto.

Y todo gracias a la muy buena comunicación entre el guión, el elenco y el director de la película.

El guión, ganador del premio Oscar el domingo pasado, es tan ingenioso, tan divertido y tan rápido como esos antiguos guiones de Hollywood que no tenían una sola frase tonta. Ha sido escrito por una periodista, Brook Busey-Hunt, que durante un par de años se quedó felizmente atrapada en el mundo del ‘strip tease’, que se inventó varios blogs de ficción hasta convertirse en columnista de Entertainment Weekly y que bajo el seudónimo de Diablo Cody no sólo ha escrito sus memorias de bailarina exótica, sino una extrañísima serie de televisión ideada por Steven Spielberg.

El elenco, compuesto por un grupo de actores contenidos que dan todos en el blanco, ha sido comandado por una actriz brillante, la joven Ellen Page, que ya había probado que era capaz de todo en una pequeña película de horror titulada Hard Candy: la suya, en Juno, es una actuación de esas que se convierten en toda una película.

El director, Jason Reirman, hijo del Ivan Reitman que filmó Los cazafantasmas, ya había revelado su talento con una primera sátira sobre el puritanismo de su país: Gracias por fumar. En Juno ha sabido pulir esa nueva sensibilidad gringa, que se vale a la vez de la cinefilia, del sarcasmo y de cierta esperanza, que podía sentirse en películas como Pequeña Miss Sunshine, Ligeramente embarazada y Superbad.
 
Ha sabido pulirla, digo, porque sus personajes son mucho más creíbles que los de la primera. Y su humor es más sabio, aunque menos contundente, que el de las dos que siguen. La duración que le ha dado a la película, 95 minutos, es otra señal de sensatez que no debe tomarse a la ligera: Juno, su relato de iniciación que al final resulta ser una comedia romántica, avanza en paz, no se queda corta ni se alarga, al lado de unos personajes que hacen lo mejor que pueden para vivir bien en este mundo de padres y de hijos. Hay que ser un buen director para lograr algo como eso.