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LA ATRACCION DEL TROPICO FEROZ

22 de junio de 1998

En contraste con las muestras de Negret y Ramírez Villamizar, tiene lugar en la Biblioteca Luis-Angel Arango una exposición de sensitivos trabajos en papel realizados por Camille Pissarro durante su permanencia entre 1852 y 1854 en Venezuela. El artista había nacido en Saint Thomas, una de las Islas Vírgenes, y contaba entonces con apenas 21 años, pero sus obras de ese entonces ya hacen perceptible una especial destreza para la representación y un claro convencimiento sobre la conveniencia de documentar la naturaleza y de pintar al aire libre.
La mayoría de los trabajos de la muestra testimonia la feracidad del trópico pero algunos, como Baile en la posada, revelan la simpatía del artista por la vida sencilla de los pobladores de regiones alejadas de las capitales europeas hacia donde zarparía poco después para convertirse en una de las figuras claves del movimiento impresionista. Son trabajos, por consiguiente, más relacionados con la producción de los viajeros que recorrieron América del Sur durante el siglo XIX que con la vanguardia de ese entonces: acuarelas y dibujos de delicada ejecución que permiten prever la posterior identificación de Pissarro con la pintura de Corot, a quien consideraba su maestro, pero que conducen a sí mismo a comprobar la influencia que un artista como Cezanne _quien lo consideraba como un padre_ ejercería sobre su obra, puesto que sus formas no manifiestan la solidez que ponen de presente a partir de 1872.
La exposición provee una placentera experiencia al visitante y hace patentes las razones que asistieron a la pintora norteamericana Mary Cassatt para afirmar que Pissarro "hubiera podido enseñar a las piedras a dibujar correctamente".