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LA CRITICA AL BANQUILLO

¿Es el comentarista de cine un adecuado interprete de la sociedad?

9 de mayo de 1983

La edición del 12 de marzo del periódico El Mundo, en el suplemento de los sabados, trajo una grata sorpresa. Se podría llamar la rebelion contra los críticos de cine. Quien conozca el ambiente cinefilo de Medellin entenderá que quiza sólo allí podía explotar la bomba que el periódico titula "Crítica a la crítica". Los tres artículos que componen la pagina se refieren a una película concreta y a un comentarista de cine especializado, pero el problema de fondo toca la actividad de la crítica en general y desde este punto me interesa.
¿Quién hizo del crítico un dios?
Jaime Alberto Salazar ataca a la intelectualidad joven por haber creado un dios de la crítica cinematografica, "y cuando ese dios levanta el pulgar todos admiran la pelicula, pero si agacha su poderoso dedo, entonces a la bazura con la cinta". Y tiene razón, el problema no es de la crítica sino de la sociedad que necesita intérpretes, les delega la función de "descifrar" las obras de arte o simplemente las obras, les da poder para que juzguen y dictaminen la bondad o maldad de las mismas. No se contenta con darles poder, les exige que lo ejerzan.
Detras de esta actitud puede esconderse un miedo a lo que solemos llamar lo subjetivo, desconfianza en la validez de las emociones que sentimos durante la visión de la pelicula y, lo que es peor, necesidad compulsiva de racionalizar el mundo sensorial y pasional en que acabamos de sumegirnos como quien busca expiar por medio de la intelectualizacion la culpa de haber vivido hora y media de sensorialidad. Habría que buscar los origenes históricos de esos miedos, desconfianzas y necesidades sobre las cuales se ha ido construyendo el por fortuna aparente poder del crítico. Cuando se perdió la conciencia, si es que alguna vez la hubo, de que la gran interpretación de una película da la sociedad cuando sentada en las sillas del teatro llora, rie, grita, sufre con uno u otro personje, se aburre o rechaza la pelicula.
¿El crítico cómplice?
Ahora es Victor Bustamante, en el segundo articulo del suplemento, quien se vuelve contra el crítico por haberse convertido en "cómplice de una ideología que acepta cierto estado de cosas y escamotea el entretenimiento como una de las formas mas flagrantes de coadyuvar a ocultar la realidad por medio del escapismo y la estupidizacion de un publico indefenso..". La primera anotación es que toda la argumentación cae al derrumbarse la última idea, la de la estupidización del púbfico indefenso. Es un mito, el público no es ni pasivo, ni estúpido,ni indefenso.
Pero ese mito ha servido para construir la también figura mitica del crítico como ser responsable de concientizar al público, de explicarle los valores ideológicos que le transmiten e inyectan las películas. El gran juez que clasifica ya no lo bueno y lo malo sino lo ideológico y lo no ideológico. Ese mito ha servido tambien para que se propongan programaciones de televisión que eleven la cultura del pueblo" y controles para que la violencia televisiva y cinematográfica no generen comportamientos violentos en el público y en la sociedad.
Quizas el punto está en colocar al crítico en un puesto menos comprometedor, el de un espectador que tiene posibilidad de publicar su emoción y su análisis de lo que ve. Sin embargo, la cuestión no es tan facil. Podria ocurrir que el crítico tuviera algo que aportar en el debate que de una u otra forma realiza la sociedad sobre las peliculas de cartelera. Cual es ese aporte? Lo importante es que es aporte, no verdad absoluta. Esa página de El Mundo tuvo un aire refrescante. La crítica del crítico atacado en los articulos habia logrado que el debate sobre una película concreta pasara de las mesas de café a Páginas públicas.
Y no es que esos comentarios de cafe sean inutiles. Lo que da lastima es que esos encuentros públicos no se vean con mayor Secuencia en los periódicos y revistas.