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"La escritura es una búsqueda de la verdad radical"

La española Rosa Montero, como le ha pasado a tantos autores, decidió escribir sobre la escritura misma. El resultado, para muchos, su mejor libro. SEMANA habló con ella.

6 de octubre de 2003

La española Rosa Montero es periodista pero también ha escrito ensayos y novelas. La loca de la casa, su más reciente obra, es un libro difícil de clasificar en un género. El tema central es la imaginación pero también la aparente autobiografía de la escritora.

SEMANA: ¿Cómo nació el libro?

Rosa Montero: Hace como 15 ó 20 años se me ocurrió que algún día escribiría algo sobre la escritura. Los novelistas, si no nos morimos jóvenes, siempre terminamos por escribir algo sobre la escritura. Yo empecé a tomar notas en cuadernitos, y pasaron todos estos años y sentí que eso burbujeaba adentro, los libros tienen su propia voluntad. Hace un par de años agarré todos los apuntes y empecé a pasar las notas y en el mismo momento que hice eso se convirtió en otra cosa. Se me apareció la frase de santa Teresa de Jesús: "La imaginación es la loca de la casa", y me di cuenta de que no sólo se trataba de la creación literaria sino de la imaginación y no sólo la del escritor sino la de todos los humanos.

SEMANA: ¿Cómo se sintió escribiendo acerca de la imaginación?

R.M.: Hay gente que dice: "Yo no tengo imaginación". Por ejemplo Savater, a quien adoro, decía en una reunión: "Yo no tengo ninguna imaginación y por eso me he dedicado a la filosofía". "Es mentira", le dije. Yo creo que los seres humanos dependemos de la imaginación para vivir. La memoria de lo que somos la hemos cosido con la imaginación. La prueba es que lo que hoy recuerdas de tu infancia no es lo mismo que recordarás dentro de 20 años. Y me dije, si es un libro sobre la imaginación también es un libro sobre la locura. Hay una imaginación que no está domesticada, la que destruye, esa es la locura.

SEMANA: Pero también hay amor, pasión, hay muchas otras cosas.

R.M.: Dentro de nuestras vidas inventadas el amor es el mayor invento. La novela se fue construyendo no como un ensayo sino como un libro juguetón. Cuando vemos a un mago sabemos que él no corta en verdad en cuatro partes a su ayudante pero nos gusta creer que es cierto, que nos engañen por un momento, para volver por un momento a la infancia en un mundo maravilloso que hace la vida más ancha.

SEMANA: ¿Qué tanto hay de autobiografía en el libro?

R.M.: La mayor parte de los pasajes de mi vida son inventados, lo que narro es ficción. Eso no tiene nada que ver con la mitomanía que algunos escritores tienen. Algunos caen en la debilidad de inventarse a sí mismos como un personaje más importante de lo que son y atribuirse cosas que en realidad no han hecho. Yo creo que la escritura es una búsqueda de la verdad radical, la que ocultamos los humanos dentro de nosotros.

SEMANA: ¿Qué opina del llamado periodismo literario?

R.M.: El periodismo es un género literario, como cualquier otro. Y puede ser tan bueno como la poesía, el teatro o las novelas, como lo hizo Capote. Es muy raro el escritor que cultiva un solo género. Yo me considero novelista, ensayista y periodista. Tú te adaptas a las normas de cada género. A mí me asombra que la gente se escandaliza porque se mezclan el periodismo y la narrativa, y a Octavio Paz nadie le preguntó cómo se puede hacer ensayo y poesía al mismo tiempo si son géneros tan divergentes. Más de la mitad de los escritores del siglo XX han sido también periodistas y no sólo estoy hablando de García Márquez ni de Hemingway.

SEMANA: ¿Existe la inspiración?

R.M.: Yo pienso, como decía Picasso, que es mejor que la inspiración te pille trabajando.