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El libro digital apunta a nuevos lectores y géneros. Todavía no amenaza al impreso.

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La feria del Kindle

Entre los invitados a la Feria Internacional del Libro de Bogotá que comienza esta semana hay uno que genera nervios en la industria editorial: el libro digital. ¿Qué cambios traerá? ¿Reemplazará al papel?

7 de agosto de 2010

Todavía hoy, al escuchar términos como Kindle, e-Book o PDF con DRM muchos editores se asustan. Creen que la industria editorial está condenada a seguir el mismo camino de la discográfica y que sus días están contados. El temor, como casi siempre, nace de la falta de información. Pensando en llenar ese vacío, disipar temores y de paso mostrar las oportunidades que el libro digital representa para la industria editorial, la Cámara Colombiana del Libro optó por tomar el toro por los cuernos y decidió que este fuera uno de los temas centrales de la 23 Feria Internacional del Libro de Bogotá.

“La idea es que la gente de la industria entienda el tema del libro digital”, asegura Jaime Iván Hurtado, gerente de lalibreriadelau.com, una de las librerías con mayor presencia virtual en el país. “Hoy en Colombia se está hablando mucho de los dispositivos lectores, pero ahí nos quedamos”, señala Diego Romero, coordinador de publicaciones periódicas de la Universidad del Rosario.

La falta de información hace que, por ejemplo, muchos crean que los libros digitales reemplazarán en el corto plazo a los impresos. “Un libro electrónico no es sino otro formato más en el que se presenta una obra”, asegura Romero. Un nuevo formato que tiene su propio público, su propio lenguaje y unos géneros que le son más compatibles. El público es el de los jóvenes que han crecido entre las consolas de juegos y los códigos de Internet. El lenguaje es el del hipertexto, por ponerle un nombre a esa facilidad que hoy brinda la red de tener acceso inmediato a información adicional (imágenes, videos) y a un diálogo permanente con otras personas mientras tiene lugar la lectura. Los géneros son los libros de texto, los infantiles y otros aún por inventar.

Estos nuevos géneros son los llamados a cautivar a los nuevos lectores. Esto lo sabe Bob Stein, director del Instituto para el Futuro del Libro: “No veo a los jóvenes leyendo novelas de 300 páginas en un dispositivo de lectura. El libro digital nos va a permitir inventar nuevos géneros, la novela será reemplazada por algo nuevo que todavía no sabemos qué será. El caso es que ya no será el género predominante”.

Los géneros tradicionales, por su parte, seguirán encontrando lectores que los prefieran en traje de papel, al menos por un par de décadas más. Para Romero,“el libro en papel seguirá vigente y con el tiempo se va a valorar mucho más, como pasa ahora con el disco”. Al respecto, cabe anotar que en Estados Unidos el auge del libro electrónico no ha afectado las ventas de los impresos (ver entrevista a Enrique González).

Aclarado el asunto del libro digital versus el impreso, queda preguntarse por la situación del primero hoy en Colombia. Si bien desde hace ya un tiempo varias editoriales ofrecen sus productos en formato digital (sobre todo textos universitarios y jurídicos), todavía no hay un distribuidor autorizado de la mayoría de los dispositivos lectores. Esto hace que, por ahora, los colombianos deban leer libros digitales en la pantalla del computador.
 
La ausencia de dispositivos lectores en el mercado se debe a que solo hasta ahora las editoriales de habla hispana comenzaron a ofrecer sus obras en versión digital a través de plataformas como libranda.com y amabook.com. Se espera que esto facilite el auge de dispositivos lectores en los mercados de países de habla hispana.

Una vez lleguen los dispositivos y sea fácil comprar las obras, es probable que el libro electrónico encuentre dos nichos: uno, el de quienes lo usarán como herramienta de entretención: lectores gomosos y jóvenes adeptos a lo último en esparcimiento virtual.

El otro segmento es el de los libros escolares y universitarios: “El consumo de textos escolares seguirá creciendo de una forma espectacular en los próximos años. Muy probablemente el consumo de contenidos educativos será mayoritariamente digital en menos de una década”, asegura Luis Abril, presidente de publidisa.com, sitio web español especializado en textos de este tipo. Y es que una de las novedades más llamativas del libro digital será el posible fin de las fotocopias, gracias a que las editoriales podrán vender capítulos de libros en formato digital a muy bajo precio.

Por lo pronto, hay que comenzar por vencer el miedo. Entender que el libro digital no es una amenaza sino una oportunidad y que la transformación del negocio editorial tiene sus propios tiempos, que no son los mismos de otras industrias. Todo esto sin olvidar, como bien lo señala Abril, que, en últimas, el libro digital no es “sino una respuesta al cambio y no el motivo del mismo”.