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LA INCONCLUSA

La antología de Compositores Nacionales dejó por fuera grandes nombres.

16 de noviembre de 1992


LA IDEA DE LA COmisión V Centenario y Colcultura de llevar al sistema laser una gran antología de compositores nacionales, con la Orquesta Sinfónica de Colombia, fue positivamente recibida por el medio musical, pues garantiza la preservación de un patrimonio durante años ignorado.
Algunos consideran que la colección de cuatro compactos debio abrir con Julio Quevedo, hijo del músico del Libertador y autor de la Misa negra, que llego a interpretarse en Paris y el Vaticano. Pero casi todos parecen aceptar como convencional punto de partida el Ballet Criollo No.1 de Guillermo Uribe Holguín, por tratarse de quien trajo de Francia los vientos renovadores de la Scholla Cantorum de Vmcent D'Indy.
Sin embargo hay malestar por la eliminación de importantes figuras contemporáneas, cuya obra y estilo no solamente han logrado imponerse sino también trascender en el exterior. La primera protesta surgió de Santiago Velasco, considerado como el decano de los compositores colombianos. Tampoco están los nombres insustituibles de Roberto Pineda, Guillerrno Rendón, Guillermo Quevedo, Jaime León, Germán Borda, Luis Antonio Escobar, Mario Gómez-Vignes y Francisco Zumaque, cuya obra ha conseguido trascender fronteras.
Las miradas recaen sobre el compositor Guillermo Gaviria, nacido en 1951, en quien se delegó totalmente la selección y que favoreció en un alto porcentaje a compositores nacidos en los años 50 y 60, cuya obra poco conocida aún.
Apenas permite vislumbrar facultades, posibilidades y talento.
Observadores suspicaces sugieren analogías con el llamado "Kinder de Palacio" y, como en todas las selecciones, alegan que "ni son todos los que están ni están todos los que son". En todo caso hay una gran expectativa por el primer disco, cuyo lanzamiento se llevará a cabo en el Teatro Colón en los próximos días.