LA LETRA ESCARLATA

A pesar del reparto, unamelodramática y aburrida adaptación de la novela de Nathaniel Hawthorne.Director: Roland JoffeProtagonistas: Demi Moore, Gary Oldman y Robert DuvallEn la puritana sociedad de la Nueva Inglaterra del siglo XVII, una mujer es condenada por adulterio a portar en el pecho la letra A, con la cual el pueblo entero reconocía en ella el símbolo de la inmoralidad y el pecado.El argumento da lugar a una de las más tradicionales expresiones de la literatura estadounidense en la pluma de Nathaniel Hawthorne, la novela titulada La letra escarlata. Llevada al teatro, la ópera, la pantalla chica y el cine en varias oportunidades, la novela se convirtió en el paradigma de la mojigatería y la hipocresía social.La más reciente versión cinematográfica de la obra corre por cuenta del director Roland Joffé, el mismo de Los gritos del Silencio y La misión. Sin embargo, lejos de respetar la historia original de la novela, Joffé conserva escasamente el argumento y el nombre de los protagonistas para construir un drama cocinado con todos los ingredientes efectistas de la gran industria de Hollywood. Hester Prynne (Demi Moore), la desdichada pecadora, carga con su culpa con un vigor postizo, mientras el otro involucrado, nada menos que el líder espiritual de la comunidad (Gary Oldman), vive su tragedia a fuerza de lacrimosas y jadeantes secuencias. Pero lo peor es que en este tire y afloje se va toda la cinta sin que aparezca ningún elemento que guíe la tensión hacia ámbitos más profundos que los del simple y telenovelesco dolor de la separación.Con un clásico de la literatura norteamericana y un reparto tan cotizado como el de Robert Duvall, Gary Oldman y Demi Moore, era de esperarse que el director Roland Joffé lograra eso que las señoras llaman un peliculón. Pero no sólo La letra escarlata no es un peliculón, sino que la adaptación libre de Joffé de la novela de Hawthorne resulta un melodrama que ya quisiera protagonizar Verónica Castro.