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LA MASCARA

16 de enero de 1995


LA MASCARA
La película es sólo una excusa para una demostración de los más espectaculares efectos especiales.
SIGUE EN LA CARtelera la lluvia de cómics. Después de las versiones de las tiras más clásicas como Superman y Batman, los productores recurren a figuras más anónimas. El cuervo, La sombra y ahora La Máscara completan la galería. Esta última, dirigida por Charles Russell, está llena de lugares comunes, pero avalada por un descrestador arsenal de efectos especiales.
Si algunas de las anteriores adaptaciones cinematográficas se caracterizaron por excelentes diseños (El Cuervo, Batman), o por la recreación original de personajes como El Guasón o Gatúbela; La Máscara se limita a una historia predecible. Un insípido funcionario bancario alcanza la categoría de superhombre por obra y gracia de una antigua máscara verde, y todos los esfuerzos de los productores se centran en lograr la mayor exuberancia de sus barrocas transformaciones. Hay que reconocer que, como pocas veces, el cine logra la misma versatilidad del dibujo, las caras se transforman, los ojos saltan, el cuerpo se estira... todo por obra y gracia de la misma compañía que elaboró los efectos especiales de los dinosaurios del Jurassic Park.
A esta extravagante exhibición, que a muchos puede parecer divertida, se reduce la película. El comediante Jim Carrey encarna al torpe Stanley Ipkiss, con una apreciable representación gimnástica y facial de un hombre transformado por sus más bajos instintos. Pues este héroe, al contrario de los otros, no se dedica a salvar a los buenos (incluso termina en la cárcel por robarse un banco). La moraleja que dejan sus contorsiones es que simplemente el hombre está hecho del bien y del mal, y que solo el equilibrio entre ambas partes puede garantizar la felicidad. En conclusión, un fácil producto de consumo, con algunos detalles de producción interesantes.

100 AÑOS DE CINE
EN 1995 EL CINE CUMPLE 100 AÑOS; Y desde ya son muchas las celebraciones que se le han hecho al nacimiento del séptimo arte.
Colombia no se quedará por fuera de los festejos del centenario cinematográfico en el año que está por comenzar. Pero, por el momento, Cine Colombia, con la producción de Patrimonio Fílmico Colombiano y Taller Arte Dos Gráfico, ha iniciado el homenaje con el calendario 100 años del cine.
Cada mes está decorado con fotogramas de las películas colombianas más significativas del período silente, intervenidas por seis reconocidos artistas nacionales: Teyé, Ana Mercedes Hoyos, Gustavo Zalamea, Juan Antonio Roda, Carlos Eduardo Santa y Luis Eduardo Cruz. Como el cine fue apareciendo poco a poco a lo largo de 1895 hasta que finalmente se hizo la primera exhibición pública el 28 de diciembre, el calendario exalta, mes a mes, los principales acontecimientos que se fueron cumpliendo hasta el nacimiento del séptimo arte. Una obra impecable que sin duda gozarán los amantes del cine como preámbulo a las celebraciones de 1995.

LA NOCHE DE LAS NARICES FRIAS
La reconstrucción de un clásico de la animación.
ANTES DE EL rey león, La sirenita o Aladín, el mundo entero conoció el nacimiento de los 101 dálmatas, una legión de perritos manchados que desde 1960 agota entradas en todas partes.
Que una obra llegue a ser clásica lo decide su permanencia en el tiempo: La noche de las narices frías definitivamente lo es. Por sus artísticas soluciones visuales que contemplan desde la luz expresionista hasta los más mínimos detalles de dibujo (hay exactamente 6.469.452 manchas en el lomo de estos dálmatas). También por el fino desarrollo de sus personajes: pocos habrá en la historia de los dibujos animados con una maldad tan sofisticada como la de la elegante arpía Cruella de Vil ni tan tiernos como esta legión de canes. Otro de sus grandes aciertos fueron sus excelentes voces, como la de Betty Lou Gerson, quien es la responsable de los escalofriantes matices de Cruella. Es de destacar que en su momento esta película marcó un progresó al innovar con su introducción un proceso que facilitaba la tediosa reproducción de dibujos a mano.
En estas navidades, la encantadora producción vuelve, con sus tiernos personajes, mezcla de conductas caninas e infantiles, que se han quedado para siempre en el pabellón de los símbolos del mundo de los niños de todas las épocas.

LA DE ARAU
La PELICULA que rueda Alfonso Arau, el director de Como agua para chocolate, en Estados Unidos, es un ramaje de un clásico del cine itabano. La cinta, titulada Walk en the clouds, no es otra cosa que la versión estadounídense de la italiana Cuatro pasos por las nubes, del director Alessandro Blasetti, filmada en 1942. Para la versión de Arau, quien aspira a ser el primer triunfador latino en Hollywood después del fracaso del peruano Luis Llosa con El especialista, el guionista será Robert Kamen. El reparto, además de contar con la participación de Keanu Reeves, estará conformado por Anthony Quinn, Giancario Giannini, Aitana Sánchez-Gijón y Angélica Aragón. Al parecer, l propuesta que se le había hecho a Winona Ryder quedó totalmente descartada.