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LA MELODIA DE LA VIDA

A sus 87 años, el español Joaquín Rodrigo es el más importante y más rico compositor europeo.

30 de octubre de 1989


Dicen que es el compositor europeo, vivo, que más regalías recibe por una sola obra. Sus ingresos son idénticos y en ocasiones superiores a los que entran en las cuentas de Julio Iglesias y José Luis Perales.

También dicen que a los 87 años, y ciego del todo desde los 40, ni la fama, ni los millones de dólares que recibe por su "Concierto de Aranjuez", ni los numerosos amigos con quienes hace bromas todo el tiempo, ni las mujeres que lo buscan inútilmente le quitan el sueño: Joaquín Rodrigo viene ya de regreso de todas las cosas de este mundo y se divierte cuando alguien afirma en su presencia que ni siquiera Manuel de Falla logra igualarlo en esto de los dólares recibidos .

Sale poco, prefiere quedarse en su casa oyendo música ajena y con la convicción serena de que, a estas alturas, cualquier gloria que le adjudiquen será efimera del todo. Habla poco, responde con monosílabos y sonrisas educadas mientras su esposa, Victoria Khami, le sirve de lazarillo mental. Ella, reconocida pianista, lo acompaña desde cuando se casaron en Valencia en 1933, después de un prolongado noviazgo en París. Algunos han comparado las relaciones de Rodrigo con su mujer, con las que sostenía Borges con María Kodama, pero quienes los conocen bien sostienen que Victoria ha sido su musa durante todos estos años, la inspiradora de numerosas obras.

Nacida en Estambul, dejó su carrera musical para interpretar sólo las obras del marido: "Hemos viajado mucho por el mundo entero, y cuando él daba sus conferencias yo las ilustraba al piano. Lo cierto es que hasta hace pocos años llevábamos una vida de vagabundos, aunque los viajes son útiles para ambos".

La ceguera de Joaquín Rodrigo es uno de los elementos legendarios de la musica europea contemporánea.

A los tres años de edad contrajo difteria y le sobrevino una ceguera parcial, que le permitía reconocer sombras y distinguir el día de la noche. Irónicamente el compositor nació un 22 de noviembre, día de Santa Cecilia, patrona de los ciegos porque ella también lo era.

Hijo de una familia de comerciantes prósperos de Valencia, fue entregado a una enfermera, quien le enseñó lo que debía aprender un niño ciego: reconocer volúmenes y espacios, defenderse por sí mismo y no depender de los demás.

A los 10 años su inclinación musical ya era irreversible, repetía melodías escuchadas una sola vez muchos años antes y, entonces, los padres contrataron un secretario musical para que transcribiera lo que el niño comenzaba a componer. Más tarde el secretario sería reemplazado por la esposa.

A los 40 años quedó ciego del todo y desarrolló aún más su estupendo sentido del humor, sorprendiendo a los amigos con expresiones como "Tendría que estar ciego para no darme cuenta de eso".

Alejado voluntariamente de cualquier actividad política, a diferencia de la mayoría de los compositores españoles, entró como crítico musical a Radio Nacional, en 1939, y después fue nombrado directivo de la ONCE la agremiación que reúne y defiende a los ciegos españoles y que tiene una de las loterías más populares.

Enseñó en varios conservatorios compuso numerosas obras, pero la que lo inmortalizó desde 1938 fue precisamente, "El concierto de Aranjuez", por el cual sigue recibiendo enormes sumas de dinero que el anciano, sutilmente, evita concretar ante los extraños.

Cuando le preguntan por su fortuna personal, derivada de ese "Concierto", Joaquín Rodrigo responde con simplicidad: "No podemos quejarnos".

Y si alguien le pide que señale su obra favorita, responde: "Las quiero a todas". A los 87 años, y aun durante el verano, sigue componiendo.

Mientras tanto, sigue siendo el compositor europeo vivo que más regalías recibe actualmente, más que los cantantes populares, y estos, en algunas ocasiones hasta incorporan el ya mítico "Concierto de Aranjuez" dentro de su repertorio, para que todos aplaudan.-