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LA MUERTE, UNA FICCION GRIEGA

Reflexiones en torno de este tópico de siempre

5 de agosto de 1985

EMIL Y VERMEULE. "La muerte en la poesía en el arte de Grecia". México D.F.: Fondo de Cultura Económica. 1984. 364 págs.
La muerte engendra sentimientos inciertos y pensamientos confusos. Vida y muerte constituyen los contrarios más evidentes aún para los niños y son como los principios irreconciliables una y otra vez llevados como mellizos en brazos de una niñera. Precisamente por su carácter irreconciliable y por la no cognoscibilidad de la muerte que rige el paso de uno a otro, el hombre ha hecho de ese tránsito mortal el tema preferido de la fantasía. En la fantasía la cultura ha encontrado la forma de conciliar lo inconciliable y vida y muerte, como pares antitéticos, han hecho buenas migas. Por eso los hombres y los pueblos han luchado contra la muerte y su lucha por la vida revela su actitud frente a la muerte. Pues elegir la vida ante el rostro de la muerte no es de ninguna manera una cosa simple.
La muerte tuvo una imagen poderosa entre los griegos. Primero porque rompía su continuidad con el pasado, con el tiempo que se moría; pero más que todo porque amenazaba matar el tiempo presente. Por ello las culturas griegas y todos los sistemas sociales se interesaron por la muerte no solamente para rendir culto a los muertos, sino para salvar la pena constante que pesa sobre el cerebro de los vivos y por la pérdida que amenaza perderlos a ellos también.
Pues bien, la pena ante la muerte reside en el rechazo a reconocer que ella acaba con todo, o que el hombre es un ser efímero. Esto explica los mitos; los mitos fantásticos descansan en cómo hacer para que la muerte no aparezca tan amenazadora. Esto hicieron los griegos en sus mitos, en su concepción tragica del universo. Todos los hombres tienen en común tal actitud frente a la pena pero lo que difiere en ellos es como conservan la memoria de sus muertos o mejor cómo agonizan en ellos. El hombre es el único animal que sabe que va a morir, es el único mortal que sabe que lo es y por tanto lleva ese secreto en su imaginación desde la infancia.
Ahora bien, las ficciones en los griegos en torno de la muerte no son diferéntes ni excluyentes de todas las de nosotros, ni siquiera de la muerte como imaginación poderosa. Lo que sí es exclusivo de los griegos es 1a calidad de sus escritos, sus poesías, sus mitos sus motivos artísticos sobre cómo se representa a la muerte. Esa forma de simbolizarla o acceder a un modelo mítico de ella es lo que dio a la cultura griega su superioridad sobre todas las culturas. Es decir, los griegos-convirtieron la muerte como pena en un disfrute artístico. Y de esta manera los difuntos que controlaban la vida se transformaron en héroes, en materia prima del arte, es decir en modelos que lucharon con figuras que encararon la muerte y que pasaron de la evasion a la aceptación de ella. Estos muertos eran unos muertos muy activos; eran enormemente evocadores de la vida, tanto en la forma en que eran tenidos en la memoria, como figuras activas, y con la frecuencia en que eran tratados como si tuvieran la facultad de responder a los vivos. Así surgió la idea de descender a los infiernos y conversar con los difuntos quienes pudieron iluminarnos el pasado perdido y las verdades de la vida. Dado que las figuras del pasado eran invocables para los mortales, la mayor parte de los griegos creyeron que el óbito del cuerpo no significaba la extinción del individuo.
Los griegos primitivos no tenían problema en creer que la existencia del cuerpo continuaba y por ello centraban su atención en el entierro y en el duelo.
Pero lo que verdaderamente nos asombra era la muerte del alma. Para ellos la psique perdía normalmente sus facultades creativas y por ello se inventaron uná droga, el Farmacon, que devolviera la creatividad contra la muerte. Que la vida fuera breve y la creatividad limitada: eso era lo peor para los griegos. El fracaso de la inteligencia los hórrorizaba tanto como la perdida de las facultades del alma y en esto precisamente consistía la estupidez de la muerte. De allí, pues, que la muerte se asemejara al sueño, donde el alma se aposenta y se torna difícil de estimular. Esa torpeza es la que hace llamar a los muertos los estúpidos difuntos, la que convierte a la torpeza y a la búsqueda, a la ausencia de creatividad en la peor maldición.
Por eso, pues, devoiver los muertos a su carácter no vacilante, ingeniarse la luz mortal interior pero respaldada por la luz inmortal, esto es lo que re vivia a los muertos.
De este modo, el libro que hoy comentamos, nos ha presentado a los grandes autores de la epoca que tropezaron con el mismo problema: cómo hacer inmortales a los mortales y cómo hacer mortales a los inmortales; su cuerpo y su alma partían pero ellos nunca aceptaron esa suerte. Por ello la mortalidad es un estado difícil.
Una de las ficciones arcaicas más notables es la que el abismo entre los hombres y los dioses se podrá salvar; podrá, pues, tenderse puente entre ellos y salvar la condicion mortal.
Finalmente hemos aprendido que los artistas y los poetas han luchado con la muerte, con el eterno enigma y se inventaran una fórmula para vivir.
Por eso, como remata este autor, "sabemos lo que queremos pero ellos soben que no podemos descubrir nada sin ellos: hicieron de nosotros lo que hoy somos y-esperamos saber si están satisfechos". Entretanto, les guardamos un lugar, una butaca y un libro o un recordatorio para instalarlo, como el griego, en el corazón de la vida. -