LA MUJER ORQUESTA SALE DEL AIRE

A partir de esta semana, una de las mujeres más activas del periodismo colombiano va a poder levantarse tarde, desayunar en la cama, leer los periódicos hasta las 10 de la mañana, o inclusive no leerlos si no quiere.
Se trata de María Isabel Rueda, quien renunció la semana pasada a la dirección del noticiero 24 Horas y, por primera vez en muchos años, ha entrado a engrosar las filas de los desempleados. Ella lo llama un año sabático, lo cual en la práctica quiere decir un año de locha en el que podrá tener tiempo de reflexionar y de ocuparse de su familia Las razones personales son la mitad de la explicación de su retiro. La otra mitad es profesional. La periodista decidió formar parte de un grupo de colegas que trabaja una propuesta para la licitación de televisión que tendrá lugar a mediados de este año. El grupo de periodistas está integrado por María Isabel Rueda, María Elvira Samper, Julio Andrés Camacho, director de Cromos y la abogada Marcela Monroy y posiblemente Enrique Santos.
Como se trata de licitar un noticiero, tanto María Isabel como los directivos de 24 Horas, Alvaro Gómez y Sergio Arboleda, estuvieron de acuerdo en que podía existir alguna incompatibilidad entre dirigir un noticiero y, al mismo tiempo, promover la adjudicación de otro que eventualmente podría llegar a ser la competencia. Por esto, dentro de la mayor cordialidad y con algo de nostalgia, Alvaro Gómez Hurtado y María Isabel Rueda, quienes habían participado juntos en muchas batallas, partieron cobijas.
A pesar de que sólo duró tres años en la televisión, el paso de María Isabel Rueda por el mundo de los noticieros deja una huella significativa. Así como el boom de comienzos de la década fue el populismo de Juan Guillermo Rios, estos últimos años quedaron marcados por la escuela de María Isabel. Esta consistió en introducir dos innovaciones en la forma de presentar las noticias. La primera fue a domar la noticia para hacerla más entretenida. Una información en manos de ella, entraba al mundo de la musicalización, la animación y la dramatización.
Los descabezados en las elecciones, por ejemplo, eran ilustrados con una guillotina animada que, al son de tambores marciales, cortaba las cabezas de los derrotados.