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LA OPERA DE TRES CENTAVOS

El jugoso contrato de Daniel Baremboin, director de la Spera de la Bastilla, levanta ampolla y puede empañar las celebraciones del bicentenario.

6 de febrero de 1989

Por estos días, París se engalana para conmemorar con toda la pompa del caso el bicentenario de la Toma de la Bastilla. Todo tipo de grandes espectáculos se preparan para la ocasión, entre los cuales la música ocupará sitial de honor. Sin embargo, un gran lunar empaña en estos momentos lo que se suponía iba a ser uno de los ejes de mayor despliegue cultural:el Teatro de Opera de la Bastilla, que será inaugurado el próximo 14 de julio.
Cuando era tan solo un proyecto el teatro contó con todo tipo de detractores. Hoy, cuando es toda una realidad, ha movilizado fuerzas del periodismo, de la política y naturalmente de la música, que han censurado agriamente la forma abusiva y "mangui-ancha" con que los responsables han fijado los honorarios---no propiamente de tres centavos-de quienes trabajarán allí, convirtiendo el teatro--que aún no ha abierto sus puertas-en el escenario lirico más costoso del mundo. Y en el centro de la polémica está Daniel Baremboim, nombrado director musical y artistico del gran complejo musical.
Ya se sabía de los archimillonarios honorarios que recibirá Baremboim, los cuales sobrepasan ampliamente el millón de dólares por año, sin contar con las presentaciones que musicalmente dirija, que serán extras en sus ya cuantiosas entradas.
Pero a medida que se acerca la fecha de inauguración le van saliendo nuevas arandelas al contrato, que han motivado a publicaciones tan respetables como Le Monde o Le Fígaro a interesarse por el asunto y censurar lo que consideran un atropello contra los contribuyentes. Al fin y al cabo, los costos del teatro--en buena parte--saldrán del bolsillo de los franceses, aficionados o no a la ópera. En dicho contrato, la posición privilegiada de Baremboim le permitirá obtener sin costo alguno seis entradas permanentes al teatro, en la mejor ubicación, se encuentre él o no en la ciudad. Dos pasajes de avión en primera clase, para recorridos dentro o fuera del país, en las fechas que lo desee y al lugar que le provoque. Un automóvil con conductor disponible día y noche y, como si lo anterior no fuera suficiente, un apartamento amoblado a su gusto, con un piano y una línea telefónica privada. Obviamente el pago de las llamadas, nacionales o internacionales, correrá por cuenta del teatro.
El amigo de Baremboim, el director escénico Patrice Chéreau, quien no ha escapado tampoco a las críticas por los honorarios que recibirá y la posición que tendrá como consejero artístico, lanza en ristre, viendo tambalear su puesto, tildó al crítico musical de Le Monde de deshonesto por organizar campañas para desacreditarlo y sabotear la inauguración del teatro, hecho que lo ha colocado también en la mira de la prensa. Entre tanto, Baremboim preocupado porque tan jugoso contrato pueda salirsele de las manos, ha iniciado una campaña de solidaridad en torno a su nombre con personalidades altamente influyentes de la política y la sociedad francesas. Sin embargo, el escándalo ha alcanzado tan altas temperaturas, que recordando lo ocurrido hace dos siglos en París es de prever que habrá otra "Toma de la Bastilla" esta vez con el teatro de ópera como telón de fondo, donde posiblemente nuevas cabezas rodarán. La primera de ellas, según los mentideros parisinos, será la del director de orquesta Daniel Baremboim. Pero faltan muchos hilos para desenredar totalmente la madeja, ya que la revista Le Point sostiene que hay todavía nuevos y jugosos escándalos por ventilar en torno al gran teatro de ópera de la Bastilla. Tal y como van las cosas, el estreno será como para alquilar balcón.