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LA PELEA ES PELEANDO

La tragicomedia del final de un matrimonio, en la última película de Danny DeVito.

14 de mayo de 1990


Esta es la historia de un hombre llamado Oliver y una mujer llamada Barbara. Cuando se conocen, el tiene una beca para estudiar Derecho y ella se gana la vida como camarera en un restaurante. Se encuentran en una subasta, bajo la lluvia, se enamoran y se casan.

La película es una de las más crueles, alegres, eroticas y violentas que ha dado el cine norteamericano en los años recientes sobre el tema del matrimonio y se centra en la vida de esa pareja, los Rose. Es una mirada cargada de veneno y humor negro, una clara advertencia para quienes piensan que con el divorcio se acaban los conflictos de un matrimonio convertido en todo un infierno. Despues que los Rose han triunfado y han obtenido todo lo que esperaban en la vida, descubren que son los pequeños detalles domésticos los que provocan la fisura mortal.

El se convierte en un abogado notable. Para ella, lo que comienza como la preparación ocasional de una libra de pate casero se transforma en un próspero negocio de comidas y banquetes. Compran una casa enorme, tienen dos hijos, asisten a cenas y fiestas, son un éxito social y la pareja perfecta, el modelo para una sociedad en la que el matrimonio es desechable.

Barbara es independiente, quiere tener su propio dinero y organizar cada vez mejor su exitoso negocio. Oliver crea su oficina como abogado independiente, es ambicioso y tiene los contactos necesarios para asegurarse los mejores negocios.
Son ricos, famosos, hermosos y tienen buen gusto. Entonces, se pregunta el preocupado espectador, por qué se les acaba la felicidad? Oliver recibe la primera señal el día en que Barbara no lo llama, ni lo busca, ni se interesa por él mientras permanece en una clinica, victima de una hernia hiatal. Con angustia, al regresar a casa descubre que ella sabía perfectamente de la gravedad de su estado y que, sin embargo, no hizo nada para acompañarlo. Estaba ocupada con sus clientes. Esa misma noche, ya en la madrugada, ella le confiesa que no fue a visitarlo porque guardaba la esperanza de que hubiera muerto y sentía que se quitaba un peso de encima.

Lo que sigue es la declaración de guerra. Ambos quieren divorciarse. Ya no se soportan. Quieren ser libres. Buscan al mejor abogado, interpretado por Danny DeVito, personaje que cuenta la historia mientras aconseja a otro cliente que piense muy bien antes de divorciarse. Es preferible aguantarlo todo, es mejor ejercer el masoquismo, porque lo que le pasó a los Rose no tiene nombre y debe servir de escarmiento.

Hay un momento en que el espectador se ríe, se divierte contemplando esas batallas con platos, porcelanas y automóviles destrozados, pero pronto entiende que la película no es una comedia y que tiene los ingredientes de la más sangrienta de las tragedias. Donde había belleza, amor y solidaridad, ahora solo hay escombros, heridas y el deseo de acabar definitivamente con el otro.

Con esta película, Michael Douglas y Kathleen Turner demuestran que son dos de los mejores actores de Hollywood, especialmente en esas escenas dramáticas y llenas de odio, con esos sutiles gestos que reflejan toda la furia de los dos personajes. A pesar de las exageraciones de su película, DeVito se revela como un buen director para cintas de humor negro.
Esta película es una lección amarga y demasiado cercana al espectador. -