Home

Cultura

Artículo

E N T R E V I S T A

“La película no es una crítica contra nadie”

Se está exhibiendo en Colombia ‘Kandahar’, una cinta que recrea la vida en Afganistán. SEMANA habló con Niloufar Pazira, su protagonista.

10 de septiembre de 2001

Niloufar Pazira nació en Kabul. Cuando tenía 16 años salió de Afganistán acosada por la guerra y se fue a vivir a Canadá, en donde estudió periodismo. SEMANA la contactó en Beirut y habló con ella vía telefónica.

SEMANA: ¿Por qué dejó Kabul?

Niloufar Pazira: En los últimos 24 años mi país ha estado sumergido en la violencia. Cuando yo tenía 16 años la guerra ya estaba muy cerca de mi familia. Ya se sentían en Kabul las bombas, los disparos. Mi padre odiaba todo eso y no pudo tolerar esa situación. Nos fuimos para Canadá, principalmente, porque fue el país que nos recibió. Allí pudimos crecer y educarnos.

SEMANA: ¿Cómo se convirtió en la protagonista de la cinta?

N.P.: Llegué al filme por una historia personal. En la película yo busco a mi hermana pero en la realidad yo buscaba a una amiga que vive en Afganistán, con la que yo me escribía con frecuencia. En una carta ella me contó su intención de suicidarse. Entonces yo decidí ir a ayudarla. Al estar en Irán y al contar la historia conocí a Mohsen Makhmalbaf (director de la película), quien se interesó mucho en lo que yo quería hacer. Tres años después me propuso hacer la película. El quiso contar mi historia sin importar que yo no fuera actriz profesional.

SEMANA: ¿Cómo se sintió actuando en medio de una realidad que ya conocía?

N.P.: La verdad no actuaba, sólo estaba recreando lo que estaba pasando. En la película yo soy una periodista que se limita a informar y a narrar todo lo que ve. No era la transformación de una mujer en otra. Yo amo mi profesión y me pareció bien hablar de un tema del que muy pocos se atreven a hablar.

SEMANA: ¿Qué fue lo que más le impactó de su personaje?

N.P.: Era prácticamente mi papel. Mi pensamiento estaba en ayudar a mi amiga pero, de paso, contar todo lo que veía. La situación de las mujeres, la gente que está acostumbrada a perder sus miembros por culpa de las minas, eso fue muy importante.

SEMANA: ¿La película fue filmada en Afganistán?

N.P.: La mayor parte del rodaje lo hicimos en la frontera entre Irán y Afganistán, como a ocho kilómetros de ésta. Algunas escenas también se hicieron en villas afganas pero no en Kandahar.

SEMANA: ¿Tuvieron problemas con el rodaje?

N.P.: No. La película no es una crítica contra nadie, es sólo un intento de mostrar los problemas en Afganistán, pero nuestra intención no era decir quién era bueno ni quién el malo. Sólo estábamos describiendo. La pregunta que queda en el aire es si es el gobierno el que está forzando a las mujeres o es la cultura misma por encima del gobierno. Yo pienso que el problema de Afganistán no es del gobierno sino es un problema cultural.

SEMANA: ¿Cuando vivió en Afganistán alguna vez visitó Kandahar?

N.P.: Una vez cuando era muy niña. Pero mis recuerdos los tengo en Kabul, con toda mi familia, mi abuela.

SEMANA: ¿Pudo encontrar a su amiga?

N.P.: No, nunca. Perdí el contacto y no sé si aún esté viva. Hace tres años que no sé de ella.