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María: la película restaurada de Enrique Grau

Un film experimental dirigido por el famoso pintor y escultor colombiano se proyectó en la Cinemateca Distrital en su versión restaurada. El artista también se enamoró del séptimo arte.

1 de septiembre de 2017

En la programación de la Cinemateca Distrital apareció una película que llamó la atención de unas pocas personas por una sencilla pero contundente razón: se trataba de una producción dirigida por Enrique Grau.

Pero no solo llamaba la atención que fuera una película que tuvo la batuta de la dirección del famoso pintor y escultor, sino que se trataba de una muestra de cine experimental. Es María (1966), una adaptación para el cine de la famosa novela del escritor Jorge Isaacs.

“La película la hizo Grau con un amigo que se llama Alberto López”, dice Henry Laguado, director del Festival de Cine de Bogotá y amigo cercano del artista. Cuenta que López se encargaba de la primera cámara, mientras que Diego León Giraldo se encargaba de la segunda. Curiosamente, Efraín Esguerra, quien interpreta al Efraín de María, también era artista plástico.

Fue una película que se filmó en el apartamento de Grau, en el barrio inglés de Bogotá y en la finca Aguascalientes de Elvira Nieto, en el municipio de Tabio. Camilo Calderón, editor de la revista Credencial, fue el encargado de editar la película de 8 mm revertible, es decir, que la misma película era la copia original. Eso tuvo sus problemas.

En contexto: El día que Botero, Grau, Obregón y otros artistas se reunieron para una foto 

Con 14 personas en la sala comenzó la película en la Cinemateca. Un constante sonido de proyector acompañaba las imágenes que con dificultad se veían sobre la pantalla. Con dificultad porque el formato de los cuadros solo cubría un pequeño porcentaje casi cuadrado y dejaba desnudo, gris, el resto de la pantalla. Todo un problema para los miopes, que no podían leer bien los créditos.

“Hay que destacar que la película tiene una deficiencia en la luz. Pero nunca podremos saber si fue intencional o no, porque esa deficiencia también va muy en relación con el surrealismo de Grau en sus pinturas”, dice Irene Castillo de Rodríguez, historiadora especialista en cine.

“La película es muda, hicieron algunas presentaciones después con una música clásica… se presentó a Grau y con Alberto López resolvieron que era mitad y mitad. Y cometieron una locura, la película dura 40 minutos y tenía dos latas, Grau se quedó con una lata y el otro se quedó con otra”, recuerda Laguado.

Grau mandó a hacer una copia en Estados Unidos. La parte de él salió perfecta. A la otra se le mandó a hacer una copia y entonces cada uno quedó con el original más el video. Una de las partes de la película no quedó tan nítida como la otra. Alberto y su esposa se fueron a vivir a Brasil, cuando se trató de rescatar esa lata, la señora de López dijo que tuvo una inundación en la ciudad donde ella vivía y se perdió.

Grau y el cine

Enrique Grau fue una persona del séptimo arte. Además de perderse en el mundo del color de la pintura y la forma de la escultura, se enamoró de los planos y el montaje. De la dirección de arte y la fotografía.

Contaba que cuando era pequeño, su papá, alcalde de Cartagena y presidente del Club de Cartagena, lo llevaba todas las noches al cine. A su hermana le dio dibujos de estrellas de cine que aparecían en la Revista Carteles en los años 30. Y hacía también escenografías de las películas que veía y ponía a actuar a las hermanas.

Años antes de grabar María, Grau partió a Nueva York y allí vivió el momento en que se proyectó Empire (1964), el film de Andy Warhol, en los cines underground de la época. Se trataba de una película que en los sesentas pasó por el East Village, un teatro subterráneo. Warhol puso la cámara en un piso del edificio Newsweek mirando al sur de Manhattan y se ve el Empire State durante ocho horas.

“Él estaba en todo ese cuento, además de su pintura, ahí empezó a tener una relación con estos directores y ahí vino la idea de hacer películas en 8 milímetros”, recuerda Laguado.

Empezó a trabajar la tridimensionalidad en sus pinturas y decía que éstas eran como secuencias del cine. Después se metió con la escultura, y se alejó.

Durante el rodaje de La pasión y muerte de Margarita Gautier, Grau se vistió de mujer para interpretar el papel protagónico. Como en aquella fotografía de Hernán Díaz donde sale con vestido blanco, peluca de cabello negro y labial en la boca.

Esta no es la versión restaurada de la película María