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LA PRENSA NO SE DETIENE

El periódico de los Pastrana y su director resultaron palos, pero los problemas financieros son grandes.

10 de abril de 1989

Cuando apareció La Prensa todo el mundo pensaba que, aunque podia tener posibilidades de supervivencia económica, como periódico seria un fracaso. El optimismo sobre el aspecto económico obedecía al sentímiento generalizado de que, hoy en día, cualquier causa patrocinada por el poder de la casa Pastrana no tiene pierde. Y el pesimismo en el aspecto periodístico estaba basado en el escepticismo que despertaba la hoja de vida del director, Juan Carlos Pastrana, cuyos 10 años al frente de la revista Guión pasaron sin pena ni gloria. Ahora parece que los hechos están demostrando lo contrario. Hoy el tabloide es considerado un éxito periodístico y un fracaso económico. La Prensa y su director resultaron palos.
Los comentarios sobre el periódico son por lo general positivos. Tiene una excelente primera página, manejada personalmente por su director, que inclusive varias veces ha chiviado a los otros matutinos. Fue el único periódico, por ejemplo, que el día después del atentado a Samper tituló: "Operado Ernesto Samper", que era en realídad lo que le interesaba a la gente.

La fórmula de una sola foto a cuatro columnas correspondiente a la noticia principal simplifica la lectura, en un país que poco lee. Todas las secciones por lo general son decorosas, con la excepción de las páginas editoriales que han tenido poca trascendencia nacional. Hasta las columnas de los ex presidentes Pastrana, Betancur y López Michelsen, pasan completamente inadvertidas en medio de una miscelánea de columnistas políticos de todas las tendencias que, por tratar de representar un equilibrio ideológico, terminan no representando nada.

Los titulares son ágiles y abundan los artículos frívolos amenos que le dan un aire más alegre que el de la competencia. El pilar de toda esta operación es el periodista Fernando Garavito, quien tiene fama de ser conflictivo, pero talentoso. El otro hombre clave es Gonzalo Guillén, quien con buen olfato y algo de sensacionalismo, hace las veces de unidad investigativa.
La prensa es un periódico para hojear y no para leer y en eso radica su acogida. Aunque es mucho lo que le falta, en la etapa inicial difícilmente se podria hacer un periódico mejor con una infraestructura tan pequeña.

Pero, ¿cuánto circula? Según el aviso que aparece en el periódico: 60 mil ejemplares. Según los conocedores, entre 10 y 20 mil. Los 60 mil corresponden a una certificación hecha por la firma auditora Peat Marwick, cada vez que el periódico regala un libro un domingo al mes.
Que este regalo haya sido tomado como base para establecer una cifra de circulación ha despertado alguna controversia. El propio diario El Tiempo se tomó la molestia de orquestar una campaña cuestionando la calidez de esta cifra. Pero aunque 60 mil ejemplares no representan la circulación real, lo cierto es que haber llegado a la cifra de 15 mil, para un periódico nuevo en un país tan tradicional en materia de prensa como Colombia, es más que significativo. Aun los detractores de los Pastrana admiten que La Prensa vende más que El Siglo y La República sumados.

A pesar de todo esto, el futuro del periódico aún no está despejado.
Prácticamente no tiene avisos. Una mirada a los periódicos de los 7 meses que lleva de vida demuestra que el apoyo del sector privado es insignificante. En cuanto al del sector públíco, que era donde se podía esperar que los Pastrana se pusieran las pilas, fuera de los avisos de la Alcaldía de Bogotá no se ve mucho apoyo oficial.
Este apoyo, que ha despertado ciertas suspicacias sobre una eventual solidaridad del alcalde con su hermano, es justificado por los directivos de La Prensa, con el argumento de que el Distrito pauta en todos los periódicos por igual.

Mientras los anunciadores se limiten a elogiar el periódico pero no a apoyarlo, las pérdidas serán cada vez más como una vena rota. La competencia calcula que éstas ascienden por lo menos a unos 30 millones de pesos mensuales. Esto quiere decir que si e capital inicial suscrito era de 33 millones de pesos, el periódico apenas tiene garantizado un año de vida Una refinanciación a corto plazo se hace absolutamente inevitable. Habrá que ver si la imagen de Misael Pastrana en este campo corre con mejor suerte que en el de los avisos. Es bien probable que esto suceda, pues lo allegados a la casa Pastrana coincide en afirmar que el orgullo del ex presidente por el periódico de Juan Carlos no es inferior al que siente por la alcaldía de Andrés. Nadie duda que si Pastrana tiene que echarla toda, la va echar. En todo caso, a los siete meses el periódico La Prensa ya puede reclamar un triunfo: aunque está muy lejos todavía de ser el segundo periódico de los bogotanos, hoy nadie niega que ya es el tercero. -