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CONTROVERSIA

La rebelión de los filósofos

Una portada de la revista 'Arcadia' que se preguntaba por qué los filósofos están ausentes del debate nacional generó tanta controversia que hasta se formó un grupo de filósofos twitteros en respuesta.

9 de abril de 2011

La controversia comenzó con el artículo '¿Dónde están los filósofos?', publicado en la más reciente edición de la revista Arcadia. En él, su autor, el filósofo y periodista Rodrigo Restrepo, dialoga con tres colegas suyos, todos de reconocida trayectoria: Rubén Sierra, Lisímaco Parra y Sergio de Zubiría. El artículo cuestiona que la academia se haya convertido en un cómodo refugio de esta disciplina como consecuencia de su excesiva profesionalización, y pone de manifiesto la fobia de algunos de ellos a los medios alimentada por el temor al pensamiento light. Tras recoger sus testimonios, Restrepo cuestiona este aislamiento en la torre de marfil de las aulas universitarias y hace un contraste con filósofos de otras latitudes que han encontrado la forma de hablarle en un lenguaje común a la gente, "con dibujitos", sin pudor a la popularización.

Podía preverse que el tema interesaría a unos pocos intelectuales, de esos que a duras penas manejan el correo electrónico. Pero no. De hecho, ni los filósofos entrevistados se dieron por aludidos. Se supo incluso que a uno de ellos el artículo le pareció insustancial. En cambio, y para sorpresa de quienes no ven a la filosofía como tema de interés mediático, el artículo generó una respuesta tan airada en las redes sociales -Twitter, blogs y Facebook-, que hasta afiche de respuesta elaborado por un grupo de filósofos twitteros, con el eslogan 'Aquí estamos los filósofos', fue creado en la red. Al tiempo se vieron trinos de una emotividad que difícilmente las rivalidades futboleras logran. Las visitas al sitio web de Arcadia el día que fue publicado el texto crecieron en un 300 por ciento. En su blog de El Espectador, la columnista Catalina Ruiz Navarro recopiló siete posts escritos por los filósofos del grupo en sus blogs. Las visitas a uno de estos sitios se multiplicaron: pasaron de 10 a 2.000 en tres días.

Entre las cosas que atizaron el debate fue la pregunta de Restrepo sobre si no es hora de que "los filósofos entren decididamente en la discusión pública de los problemas del país". A este reclamo se le unió su invitación a filosofar con los habitantes de la calle "con los pies puestos en la realidad colombiana". También les irritó que en el artículo se dijera que solo un filósofo colombiano mantenía un blog.

Cuestionaron también qué tanto le corresponde a la filosofía solucionar los problemas del país. Como lo expresó Ángela Uribe, profesora de la Universidad Nacional, en carta a Arcadia, "los filósofos están tan presentes o tan ausentes de lo que ocurre en el mundo como quiera estarlo cualquiera que sea testigo de lo que ocurre en el mundo: un talabartero, una abogada, un chofer de buseta, el alcalde, el columista o la tía Rosita". César Gómez, uno de los del afiche, en esta misma línea se cuestiona: "Traslademos la pregunta: ¿dónde están los ingenieros en este colapso de la infraestructura en Colombia? ¿Y en qué andan los politólogos ante el descrédito de la política?".

También señalan que en el artículo hay más de un prejuicio. Creen que se está evaluando el papel de la filosofía en términos de qué tan útil puede ser. Ven además un sesgo en la investigación: no entienden por qué esta se concentró solo en las universidades, como si esta fuera la única tribuna desde la que puede hablar la filosofía. Están convencidos de que así se borra a colegas que han incursionado en otras áreas, que no son pocos.

Restrepo está de acuerdo con la crítica de Uribe. "Preguntar dónde están los filósofos es tan válido como preguntar dónde están los artistas", pero hace la salvedad de que el filósofo, más que cualquier otro, tiene mucho que decir en el campo de la ética. Argumenta que si bien este no puede ser un supermán, con todas las respuestas sobre qué se debe hacer, sí tiene cómo -y cree que le corresponde- aportar los instrumentos para que otros discutan. "La herramienta de los filósofos, el pensamiento, es vital en Colombia. Nos estamos descuartizando, se están robando el país. Esos son problemas éticos, necesitamos las herramientas que aportan los filósofos para afrontarlos".