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LA RECONQUISTA

En el nombramiento de Dimitar Manolov todos vislumbran la salvación de la Sinfónica de Colombia.

25 de abril de 1994

CUANDO YA NAdie daba un centavo por el futuro de la Orquesta Sinfónica de Colombia, y muchos clamaban por su disolución, Colcultura resolvió nombrar en la dirección titular al búlgaro Dimitar Manolov, quien estaba al frente de la Sinfónica del Valle. El resultado ha dado sus frutos, pues en cuestion de semanas el público, después de varios años de ausencia, ha regresado nuevamente al Teatro Colón para aplaudir al director y a la orquesta.
Para la afición bogotana el nombre de Manolov es absolutamente familiar. Durante años dirigió la Filarmónica de Bogotá, que bajo su batuta se situó a la cabeza de las orquestas sinfónicas colombianas. Manolov, en buena parte, fue el artífice del fenómeno del auditorio León de Greiff, donde una multitud hace colas por horas para escuchar la Filarmónica de Bogotá.
El reto con la Sinfónica es más complejo. Por un lado, conquistar a un público que, tras años de ausencia, perdió completamente la costumbre de desplazarse hasta el Teatro Colón, en el corazón de La Candelaria, lo que hasta él momento se está logrando. Por otro están las relaciones con el Sindicato Sinfónico, un poderoso organismo que ha sido el tradicional dolor de cabeza de directores de Colcultura . Adicionalmente se plantea un problema presupuestal con la necesidad inminente de cubrir plazas de instrumentistas, vacantes desde hace años y secciones de instrumentos -como las cuerdas- que jamás han contado con el mínimo de músicos requeridos.
Para el director de Colcultura, Juan Luis Mejía, y para el maestro búlgaro, es prioritario recuperar el Teatro Colón como sede tradicional de la orquesta. Para conseguirlo, hay que trabajar diversos frentes. Y el primero, desde luego, es el musical.
Para los líderes sindicales el problema es simplemente artístico: "Si el director es competente, la orquesta trabaja". Colateralmente hay otros problemas, como la acústica del viejo colisco. Ya se iniciaron los trabajos en este sentido y los resultados no se han hecho esperar.
Lo cierto, a juzgar por todos los hechos, es que tanto Juan Luis Mejía como Dimitar Manolov, han abierto su gestión con pie derecho.

Tarde de toros
EL NOMBRE de El gato montés, la ópera de Manuel Penella, tiene el inconfundible sabor de tarde de toros. Su célebre pasodoble es tema central del segundo acto, en la Maestranza de Sevilla, y que concluye con la cornada que sufre Rafael Ruiz 'El Macareno', que interpreta el tenor Plácido Domingo en la grabación del sello alemán Deustche Gramoszhon. Juan Pons, el barítono español, estrella de las temporadas de ópera de Colcultura, hace la parte de El gato montés, un temible bandolero.
Para el teatro de la Maestranza, Plácido "vistió de grana y oro" y se anotó uno de los más resonantes éxitos de su vida artística. Nunca un sello internacional había llevado al disco una partitura española de acento tan localista. Para muchos, el sello alemán accedió al "embeleco" como una forma de retribuirle los incontables sucesos de sus numerosas grabaciones. Sin embargo, la sorpresa ha sido mayúscula: ya que la grabación es un fenómeno en todo el mundo.

Novedades

BEETHOVEN: SINFONIAS 2 Y 8.
LA SCALA ORCHESTRA,
C.M. GIULINI
SONY CLASSICAL
CARLO MARIA Giulini, uno de los más grandes directores contemporáneos, se ha embarcado en una empresa sui generis: demostrar que la Orquesta Filarmónica de la Scala de Milán puede ir más allá de la interpretación del repertorio lírico. Ahora está grabando la serie de las nueve sinfonías de Beethoven. La formidable versión de la Séptima, que abrió la serie, preparó el camino para estas Segunda y Octava, las menos populares del ciclo. Una vez más la vitalidad de la batuta de Giulini y la calidad de la orquesta se conjugan para recrear el genio de Beethoven. La definición del sonido es de primera línea, así como la atmósfera de la grabación.

FRANZ LISZT AND MORE
ROBERTO MCCAUSLAND-DIEPPA,
PIANO.
ED ARTE DIGITAL
ES LA primera grabación compacto-digital del pianista barranquillero Roberto McCausland-Dieppa, residenciado en Estados Unidos. En la obra más exigente y compleja, la Sonata en si menor, de Liszt, Mc Causland logra el punto máximo del disco, la recorre con suficiencia de medios y en velocidad asombrosa (prácticamente al mismo tiempo de Vladimir Feltsman en su grabación CBS). Lo complementa con una juiciosa versión de La fille aux cheveux de lin, de Debussy; la Sonatina en do, de Clementi, y el Vals "minuto", de Chopin, que ha preferido recorrer en Tempi más calmados (1:58"), más a la manera de Vasary que a la del propio Chopin. Hay buen sonido, sobrio pedal y limpieza en la lectura.

ROSSINI: IL VIAGGIO A REIMS
BERLIN PHILHARMONIKER,
C. ABBADO
SONY CLASICAL
SOLO EL aplauso final delata que se trata de una grabación en vivo, lograda en la Philharmonie de Berlín en octubre de 1992. Claudio Abbado, titular de la orquesta, logró congregar una auténtica constelación de estrellas del canto, entre otras cosas porque así lo exige la grandilocuente partitura de Rossini.
Las más formidables actuaciones corren por cuenta de las sopranos Sylvia McNair, Luciana Serra y Cherryl Studer, los bajos Samuel Ramey y Ruggero Raimondi, y el tenor Raul Giménez, cuyos agudos parecen no tener ninguna limitación. Así, Abbado se consolida como uno de los más sobresalientes directores rossinianos.