Home

Cultura

Artículo

LAS ALAS DE LA PALABRA

Basada en la obra de Henry James, una historia de amor que enfrenta los valores del siglo XIX con las pasiones del siglo XX.

2 de noviembre de 1998

Kate es una hermosa joven sin herencia que debe servirse de los favores de una tía para seguir gozando de los privilegios de su rango a cambio de ofrecerse en matrimonio para los intereses de su familia. Pero tiene un inconveniente: está enamorada de un periodista que no posee la posición económica exigida para pedirla como esposa. El debate entre abandonarlo todo por amor o renunciar a la pasión en aras de conservar un estatus en la rígida sociedad inglesa del cambio de siglo desata la trama de Las alas de la paloma, la más reciente película de Iain Softley, basada en la novela del escritor Henry James. La intriga generada por este romance desaforado pero prohibido se ve de pronto cruzada por la aparición de una hermosa pero enferma heredera norteamericana que ha viajado a Europa para vivir intensamente sus últimos días. Un plan tan arriesgado como inevitable se va tejiendo poco a poco en la mente de los amantes sin que sepan con exactitud las consecuencias. Respaldado en majestuosos escenarios, una acertada musicalización y, en general, una construcción de época a la que no se le escapa ni el más mínimo detalle, Softley se vale del talento interpretativo de Helena Bonham Carter (nominada al _scar como mejor actriz por este papel), así como de un guión medido en los diálogos y en la intención dramática para introducir al espectador en una historia de amor que no puede ser medida fácilmente con la vara de la moral tradicional. En cambio es capaz de despertar los más serios interrogantes alrededor del amor y la compasión, sentimientos sobre los cuales suele intervenir la razón sin que se puedan advertir los resultados. Hermosa y elegante, Las alas de la paloma no necesita de trucos para alimentar la tensión sólo con el libre desenvolvimiento de la trama, una virtud que Softley sabe aprovechar para que su película sea, en definitiva, un retrato transparente de una época e intensa demostración de las dificultades del amor.