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Las alas de la vida

Una joven de 16 años abandonada por su madre trata de sobrevivir a las ruinas de la antigua Unión Soviética.

18 de marzo de 2006

Titulo original: Lilya 4-Ever.
Año de producción: 2002.
Dirección: Lucas Moodysson.
Actores: Oksana Akinshina, Artyom Bogucharsky, Lyubov Agapova, Liliya Shinkaryova, Elina Benenson.

Es todo un lo- gro hallar poesía en la miseria sin explotar la desgracia ajena. Las alas de la vida, cuyo título original, Lilya 4-Ever, se anticipa al mundo desdibujado que nos será revelado desde la primera escena, consigue darle un sentido al dolor de su heroína sin caer en las escenas chantajistas ni las resoluciones culposas. Se nos mostrará la desgracia de ella, de Lilya, una prostituta de 16 años abandonada por su madre en un edificio ruinoso de la antigua Unión Soviética, desde el momento en que decide hacer una vida mitad real, mitad fantástica, junto con un amigo de 11 años llamado Volodya, hasta el día en que por fin se da cuenta de que ha sido engañada por un tal Andrei como una niña que se resiste a comprender del todo los horrores de la vida. Se nos mostrará sin atenuantes la desgracia de Lilya, sí, pero (salvo, quizás, en las escenas finales) no se nos forzará a sufrir sin concedernos a cambio la belleza de los personajes, de la historia, de las imágenes.

Gran parte del mérito, claro, es del mismo Lucas Moodysson que ha tenido cierto éxito en festivales internacionales con trabajos como Dame amor (una exitosa comedia de iniciación), Juntos (aquel drama sobre una comuna invadida por burgueses) y Un hueco en mi corazón (un relato más o menos erótico que enfureció al crítico James Berardinelli), pero sería absurdo dejar de lado el trabajo impecable de la joven actriz Oksana Akinshina a la hora de valorar esta película perturbadora: su semblante, de persona que se resiste a caer en el infierno, contiene por completo esta tragedia.