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"Las canciones van surgiendo a partir de la vida misma"

3 de agosto de 2003

Semana: Durante toda su carrera usted ha tenido una constante preocupación por las letras de sus canciones. ¿Cómo es su proceso de escritura?

Fito Páez: Yo no diría que se trata de una preocupación. Creo que más bien he tenido una relación estrecha con las palabras: ellas se han dejado escribir por mí. Pero sin duda el proceso de escritura es muy extraño y muy variable. A veces surge una palabra y de ahí sale toda una canción. Otras veces la música es la que te sugiere una idea y a partir de ella se redondea todo un relato. La verdad es que es un proceso muy misterioso. En todo caso yo no lo hago de manera profesional, no me levanto todos los días a las 7 de la mañana a componer canciones.

Semana:¿Entonces usted concibe las canciones como relatos de su vida?

F.P.: Pero claro, cada una de las canciones va surgiendo a partir de la vida misma.

Semana: En Naturaleza sangre -su nuevo disco- hay una dedicatoria al poeta Juan Gelman, ¿A qué se debe esto?

F.P.: Cuando estaba en el proceso de componer este nuevo álbum conocí a Juan Gelman en México. Yo ya conocía su obra y lo fui a ver en la presentación de su nuevo libro, Valer la pena. Allí nos encontramos y desde entonces empezamos una buena amistad. Yo me empapé de su poesía y esto pesó mucho a la hora de decidir qué ponía y qué no ponía en los textos del álbum.

Semana: ¿Y esta presencia de la poesía de Gelman es tan evidente en las letras?

F.P.: A lo mejor formalmente esto no es tan claro, porque cada uno tiene su manera de sentir las cosas. Lo que sí es claro en la poesía de Juan -y esto es algo que yo quise aprender- es cómo a partir de palabras sencillas se puede llegar al corazón de las cosas. Obviamente no imité su poesía, pero sí tomé como referencia esa precisión de sus textos. En ese sentido, creo que su influencia más que formal es emocional. En el álbum yo estoy contando lo que quiero contar, estoy diciendo lo que quiero decir y en ese punto Juan figura como un norte.

Semana: En una reseña reciente la revista Rolling Stone dice que "Naturaleza sangre retoma una y otra vez la idea de dejar entrar el sol y volver a ser el mismo de antes", ¿Qué opina de esta afirmación?

F.P.: Sin duda hay algo de eso. Pero no me gusta pensar que volver a las raíces es algo moralmente bueno. No quiero que la gente diga: "Qué bueno, Fito por fin volvió a sus raíces musicales". Más que nada me parece que es un movimiento involuntario. Es algo que está sucediendo en mi música, no es una vuelta a algo esencial que antes no tenía. Siento como si hubiera salido de mi casa a dar un paseo -que duró 20 años- y he regresado.

Semana: En este disco hay un sonido más simple, con muchos menos instrumentos que en los anteriores, ¿se puede entender esto como una vuelta al rock?

F.P.: Puede que eso sea cierto, pero no es algo intencional. Es algo que se presentó de manera natural. Y yo soy muy respetuoso de estas cosas tan emocionales: yo hago lo que me pide cada canción.

Semana:¿Qué tanto lo marcó la separación de su esposa, Cecilia Roth, en este nuevo trabajo?

F.P.: Una relación de 11 años marca a cualquiera. Y son estas relaciones tan intensas las que hacen mover los engranajes para escribir. Pero, lo que sostengo es que hay que desmitificar y desfarandulizar las cosas. La gente tiende a ver en un álbum la vida personal del músico y, aunque es evidente que mi vida aparece allí, no se puede oír el disco sólo en función de esto. Me imagino que a un japonés o a un ruso no tiene por qué importarles si yo estoy separado, si la canción está buena. El álbum debe superar al músico.

Semana: En algunas canciones participan Charly García y Luis Alberto Spinetta. ¿Cómo es su relación artística con estos dos músicos?

F.P.: Mi relación con ellos es amorosa, de amigos íntimos. Pero también es una relación de respeto profundo porque ambos son los dos tipos que más me han influenciado en la manera de hacer música y en la forma de vivir mi vida. La verdad es que entrar con ellos a un estudio es precioso; son dos personas muy generosas y con muy buen humor y me parece que no se necesita mucho más que eso para sentirse a gusto con ellos.

Semana: En el álbum hay unas cuantas referencias a Colombia, ¿Cómo es su relación con nuestro país?

F.P.: Yo diría que mi relación con Colombia es amorosa. Fui por primera vez en el año 93 y nunca he dejado de ir. He visitado Colombia muy seguido en los últimos 10 años y desde el principio ha sido muy emocionante. Creo que, junto con Cuba, es el país donde me siento mejor. Cuando yo fui a tocar por primera vez ya conocían mis discos aunque nadie los distribuía. La gente se iba pasando mis discos y se había armado una especie de fanaticada. Pero creo que esto no es sólo conmigo, creo que Colombia tiene una relación muy especial con todo el rock argentino: con Charly, con Soda, con Calamaro. Siempre mantengo un especial respeto por esa relación.

Semana: Usted afirma, a pesar de las malas críticas que ha recibido su película Vidas privadas, que continuará con el cine. ¿Está convencido de su vocación por el séptimo arte?

F.P.: No se trata de tener una vocación o no. En realidad yo tenía una historia que contar y no me la imaginaba como una canción sino como una película. Yo creo que si uno tiene una historia que contar simplemente debe hacerlo.

Semana:¿Tiene alguna nueva historia en mente?

F.P.: Por ahora no tengo ningún proyecto. Es igual que con la música, yo hago lo que sienta que tengo que hacer. Pero no descarto para nada dirigir otra película.

Semana:¿Cómo compararía su trabajo como músico y su trabajo como cineasta?

F.P.: Al principio siempre es igual: un tipo encerrado en una habitación tratando de salir con algo. Así que en ese sentido puede que sea similar.

Semana: Hace poco Charly García dijo que quería ser ministro de Cultura de Argentina. ¿Qué opina de la música utilizada como panfleto para enviar mensajes políticos y hasta qué punto permite esto en su música?

F.P.: Lo mejor es no mezclar las dos. La vena política nunca se debe mezclar con la vena artística. Yo creo que un artista debe estar libre de las ataduras, de cualquier tipo de compromisos y si se pone a opinar sobre política deja de ser libre. Además, creo que mientras que en el arte se puede ser inmoral, en la política hay que resguardar ciertos puntos de vista morales. Queremos corruptos en la ficción y no en la vida real. A mí me gusta un personaje como Ricardo III pero luego no lo quiero ver encarnado en Menem.

Semana: Pero es imposible para una persona tan popular como usted quedarse callado ante la delicada situación política de su país.

F.P.: Claro, no se puede ser tan tonto como para no poder unir esos dos mundos. De hecho, ya he dicho en público lo que pienso sobre la política y los políticos de mi país. Pero por ahora prefiero ser un tipo más libre.