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LAS FISURAS DEL TITANIC

Los 11 Oscares obtenidos por 'Titanic' no quieren decir necesariamente que pase a la historia como una gran película.

27 de abril de 1998

Para nadie fue una sorpresa que Titanic arrasara con los premios Oscar. Mucho antes de su estreno, cuando ni siquiera había terminado el proceso de producción, los medios de comunicación cercanos a Hollywood vaticinaban una odisea de enormes dimensiones. El despliegue presupuestal, que obligó a la alianza entre la Fox y la Paramount para dividir los gastos representados en fantásticas locaciones, espléndidos decorados y alucinantes efectos especiales, sólo daba para pensar que Titanic se convertiría en un hito.
Y de hecho ya lo es. Con un costo de 200 millones de dólares, Titanic no sólo es la película más cara de la historia, sino que los más de 1.200 millones de dólares recogidos en las salas de cine alrededor del mundo la califican también como la más taquillera, superando por más de 200 millones a su inmediata seguidora, Parque Jurásico (ver recuadro), cuando todavía le faltan varios meses en cartelera. Esto sin contar simplemente con la hazaña que significó hacer productiva la inversión. Para que Titanic rindiera dividendos era necesaria una recaudación de por lo menos 600 millones de dólares. En otras palabras, para que la película fuera rentable era prácticamente una exigencia romper el récord de taquilla doméstico, que estaba en poder de La guerra de las galaxias (ver recuadro). El fenómeno ha sido tan grande que si en un principio James Cameron había renunciado a su sueldo como director _convenido en ocho millones de dólares más un porcentaje en las entradas_ para reducir el desbordado presupuesto, hoy la Fox y la Paramount están dispuestas a retribuirle el monto acordado, calculado en este momento en unos 50 millones de dólares.
Un Oscar de más
Con estos antecedentes, Titanic llegó a la noche de los Oscares dispuesta a llevarse un buen porcentaje de las 14 nominaciones que le proporcionaron otro hito: compartir honores con Eva al desnudo en la cima de las películas más nominadas. Los 11 premios obtenidos la llevaron a igualar otro récord, el de las más galardonadas al lado de Ben Hur. Pero aunque el de director era difícil quitárselo a Cameron dada la complejidad de la realización, el último Oscar, el de la mejor película, fue catalogado en los medios de la crítica como una consideración excesiva.
El hecho es que todo el mundo está de acuerdo en que Titanic es una película grande, pero no todo el mundo está de acuerdo en que es una gran película. El sonado taquillazo, aunque sorpresivo, no es muy representativo si se tiene en cuenta que películas no necesariamente buenas, como La guerra de las galaxias, Día de Independencia y Parque jurásico, han tenido un comportamiento similar en taquilla sin que a nadie se le haya ocurrido retribuir su éxito con el Oscar a la mejor cinta.
Liberándolo del mito histórico generado alrededor del desastre del Titanic, el filme de Cameron está lejos de ser bueno. Tanto que su guión _definitivamente su mayor defecto_ no clasificó para ser nominado en su categoría, una condición si no esencial por lo menos bastante significativa a la hora de escoger la película del año.
Tradicionalmente las películas merecedoras del premio con temas históricos como marco de referencia, han sido producciones de la categoría de Patton, Gandhi, El último emperador, Amadeus y La lista de Schindler. Pero el nivel de Titanic se sitúa al lado de sus compañeras de taquilla. Escrito por el mismo James Cameron, el relato creado alrededor del romance entre la típica pasajera de primera clase y su consecuente flirteador de tercera no sólo es meloso sino increíblemente tonto en relación con las dimensiones del drama. Secuencias como el intento de suicidio de la joven, la persecución de su novio echándole bala a la pareja de enamorados en mitad del hundimiento y la sesión de equilibrio de una anciana de 101 años en la baranda de un barco, no hacen más que restarle consistencia a una historia que, con un buen libreto, se habría convertido en una epopeya.Pero no sólo el Oscar a la mejor película está en entredicho, sino también algunas de sus candidatizaciones. A pesar de sus rutinarias e intrascendentes caracterizaciones, Kate Winslet y Gloria Stuart fueron nominadas a Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto, mientras que el joven Leonardo Di Caprio, quien con cierta picardía y una imagen de niño rebelde logró configurar el mejor papel de la cinta, terminó por fuera de la postulación.
Estas consideraciones no le restan a Titanic su mayor mérito: haber mezclado con grandilocuentes efectos especiales, el interés de los mayores por la historia del transatlántico con el gancho juvenil de Leonardo Di Caprio, una receta que provocó que tanto adultos como adolescentes se volcaran sobre los teatros para producir uno de los mayores fenómenos en la historia del cine mundial. El Oscar a la mejor película, sin embargo, fue demasiado.