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Las guerrilleras

Cinco mujeres disfrazadas de gorilas defienden los derechos de las artistas.

20 de agosto de 1990

El grupo de mujeres conocido como "Las guerrilleras" acaba de cumplir cinco años de actividaldes ininterrumpidas. Calificándose ellas mismas como "la conciencia del mundo del arte", se han dedicado durante este tiempo a empapelar paredes en Manhattan, arruinar exposiciones, irrumpir en conferencias, aparecer en programas de radio y televisión con el fin de atacar lo que catalogan como una oleada de machismo, y racismo en el arte norteamericano de los últimos años.
Nadie sabe los nombres ni conoce los rostros de estas cinco mujeres, presuntamente jóvenes. Han provocado toda clase de reacciones y debates porque actúan cuando menos son esperadas, aparecen, hablan, dejan sus panfletos, siembran la zozobra con sus máscaras de gorilas y ágilmente desaparecen en la noche. Durante los últimos meses, uno de sus temas de combate favorito ha sido lo que denominan el elitismo del arte en Nueva York, elitismo que según ellas impide que una gran masa de ciudadanos tenga acceso a galerías y otros beneficios artísticos.
El mundo del arte supo de la existencia y actividades de "Las guerrilleras" cuando, en abril de 1985, colocaron los primeros afiches en público, con una lista de 42 importantes artistas varones, con un titular inmenso que decía: "¿Qué tienen estos artistas en común?" y en seguida la respuesta: "Permiten que sus obras sean expuestas en galerías donde sólo un diez por ciento de mujeres puede exponer". Desde entonces ha producido otros 30 afiches, cada vez más virulentos y sarcásticos.
Unos las detestan y las califican de exhibicionistas. Otras respaldan sus campañas. Nadie es indiferente al trabajo curioso de un grupo gracias al cual, el clima del arte en Nueva York y Estados Unidos se ha caldeado peligrosamente en ciertos momentos, especialmente cuando hay pocas mujeres exponiendo en alguna de las galerías importantes.
Varios críticos y curadores de museos coincidenen que gracias a la labor de zapadoras de estas cinco enmascaradas, cada vez un mayor número de mujeres artistas está recibiendo oportunidades y eso es saludable. Otros critican el anonimato en que se mantienen y rechazan la publicidad que buscan.
Para quienes han seguido de cerca las actividades de este grupo, los afiches, grafitos y otros mensajes dibujados y escritos que dejan en paredes y recintos, corresponden a una obra de arte conceptual con claras muestras de una intención gráfica muy definida. Aunque nunca han sido concebidos y colocados como expresiones artísticas, esos afiches están siendo despegados y guardados por su admiradores y en otras ocasiones, adquiridos por algunos museos y universidades para sus colecciones permanentes. Para estas "guerrilleras" su mensaje es claro: luchan contra el poder, contra la segregación sexual pero al mismo tiempo, como Madonna, no permiten que se olvide de su condición de mujeres. Lo que amigos y enemigos saben es que gracias al anonimato en que se mueve cualquier ventaja publicitaria que obtengan no puede ser usada en promover individualmente sus carreras ya que nadie las conoce. En alguna ocasión y respondiendo a una pregunta de un reportero una de las chicas dijo, refiriéndose a las máscaras: "Queremos demostrar que es más importante lo que dicen las mujeres que cómo lucen cuando lo dicen".
Una de sus más recientes y ruidosas actuaciones tuvo que ver con el debate que varios meses atrás se desató alrededor de la exposición de fotografías del artista Robert Mapplethorpe en las cuales aparecían homosexuales desnudos, en poses provocadoras. Ellas defendieron al fotógrafo y atacaron a los políticos y religiosos que condenaban la muestra. Era tanta la vehemencia y tan nutrida la presencia de las "guerrilleras" en esas semanas, que en Nueva York surgió otra versión: no son cinco ni seis, el grupo tiene más de doce mujeres que saben mimetizarse para aparentar una mennr cantidad.
Todavía hay mucho por hacer en el mundo del arte, muchas cosas por criticar y corregir. "Las guerrilleras" estarán ocupadas durante lo que queda de este siglo.