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Ed. Lachman habló con Semana sobre Carlo, Wonderstruck y su trabajo como director de fotografía. | Foto: Foto cortesía

CINE

“Las imágenes son el lenguaje más importante del cine”

Ed. Lachman, quien dirigió la fotografía de ‘Carol’ y ha trabajado con directores como Wim Wenders, Jean-Luc Godard o Sofia Coppola, estuvo en el Indiebo de Bogotá. SEMANA habló con él.

José Vicente Guzmán Mendoza
4 de agosto de 2017

No son tan mediáticos como los directores o los actores, pero su trabajo es tan importante como el de ellos para que una película coja forma. Son los directores de fotografía, encargados de la imagen, los colores, los encuadres de la cámara y de crear el universo visual de cada filme.

Uno de los más experimentados del momento estuvo en Bogotá, invitado a la tercera edición de Indiebo, el festival de cine independiente que tuvo lugar entre el 13 y el 23 de julio. Se trata de Ed. Lachman quien ha trabajado en películas como ‘Las vírgenes suicidas’ (1999), ‘Erin Brockovich’ (2000), ‘Lejos del cielo’ (2002) y ‘Carol’ (2015), y quien trabajó con algunos de los cineastas europeos más reconocidos de los últimos tiempos: Win Wenders, Werner Herzog o Jean Luc Godard.

Semana.com habló con él sobre la importancia de su trabajo y sus decisiones en algunas películas.

Semana.com: Cuándo usted empieza a trabajar en una nueva película, ¿dónde busca los elementos para construir el universo visual de la historia?

Edward Lachman: Toda situación es diferente, pero el guion da las pistas para arrancar. Todo guion está situado en un periodo de tiempo, en un lugar específico, en diferentes locaciones y con personajes que tienen ciertas características. Mi trabajo es encontrar un lenguaje visual que se acomode a cada historia. No todas se pueden contar de la misma forma. Cuando trabajas con un director como Todd Haynes (Carol, 2015), por ejemplo, sabes que toca usa referencias cinematográficas para contar las cosas.

Semana.com: Hay algún ejemplo…

E.L.: Sí. En Lejos del cielo (2002), que fue una película ambientada en los años cincuenta, tratamos de recrear el estilo que el director Douglas Sirk usaba en sus cintas de esa época. Y no sólo visualmente, sino con elementos de fondo: Sirk siempre usó a la mujer como un personaje que encarnaba la represión y los valores de la sociedad de entonces. Todd quiso que usáramos ese mismo lenguaje visual y que habláramos nuevamente de la represión. Así que lo hicimos.

Semana.com: Usted también trabajó con él en ‘Carol’ (2016), una película nominada al Óscar que, de la misma forma, ocurre durante los años cincuenta, ¿Por qué ambas se ven tan diferentes?

E.L.: Ocurre en un momento diferente de los cincuenta. Una época que se veía como la revista Life: había mucho optimismo sobre el consumismo y sobre como todos íbamos a vivir una vida llena de comodidades. Pero, además, la historia está basada en un libro que Patricia Highsmith escribió en 1949, justo después de la guerra, así que es un periodo muy austero, las ciudades realmente no se habían recuperado.

Eso encaja en la historia de estas dos mujeres que están viviendo su primer amor, que están en un proceso de reconocimiento y que se atraen. En esa época era un tabú ser lesbiana. Nosotros decidimos armar esa película a través de las fotógrafas de la época, como Helen Levitt o Vivian Maier. Vimos que ellas trabajaban con algunos colores específicos y eso fue lo que traté de reproducir. Por eso Carol se ve como cuando alguien hojea un álbum de fotos de los años cincuenta.

Semana.com: La película también tiene unas señales muy particulares. Las ventanas siempre están empañadas o sucias, casi siempre llueve…

E.L.: Es que otra de las referencias que usamos fue Saul Leiter, que era un fotógrafo de calle como Robert Frank, que tomaba fotos llenas de ese tipo de imágenes. Nosotros usamos su estilo para crear el punto de vista subjetivo de los personajes de la película. A las dos protagonistas siempre las mostramos a través de las ventanas, las puertas, la lluvia, el clima. La idea era que fueran cosas que le hicieran difícil a los espectadores ver a los personajes, así como los personajes estaban inhibidos de ver hacia afuera.

Semana.com: ¿Es difícil trabajar en una película de época y recrear el pasado?

E.L.: El mayor reto es que las imágenes se vean auténticas. Creo que el problema de muchos de los directores de fotografía que trabajan en las películas de época es que sobre estilizan las imágenes, ven el pasado de una forma muy romántica, tienen un visión muy revisionista del look de cada periodo. Yo, por el contrario, siempre trato de mirar, junto con el director de arte y el director de la película, como se vería realmente la vida de los personajes en cada época, en vez de mirar hacia atrás de forma nostálgica.

Semana.com: Su película más reciente es ‘Wonderstruck’, que vamos a ver en Colombia el próximo año. Allí hay dos historias paralelas, que suceden en diferentes periodos de tiempo, ¿cómo mantiene la unidad visual de una película como esa?

E.L.:Wonderstruck’ es una visión coral sobre la muerte, así que el silencio tiene mucho que ver. Además son dos historias que ocurren en el Museo de Historia Natural de Nueva York y están entrecruzadas a través de un misterio, y con la trama se van descubriendo pistas que las conectan. La primera parte ocurre durante los años veinte, y esa época fue el punto máximo del cine mudo; así que la firmamos en blanco y negro, una característica que también funciona para el personaje, porque su madre es una actriz de la época.

La segunda parte tiene lugar en los setenta, que fue un periodo difícil para la ciudad, pues estaba en bancarrota. La referencia que usamos para esa época fue ‘Contacto en Francia’, una película de 1971, filmada en las calles con un estilo muy documental.  

Semana.com: Usted ha tenido una carrera muy diversa; ha trabajado con directores europeos y americanos, en películas de Hollywood e independientes. Luego de tantos años, ¿cuál cree que es la clave para ser un buen director de fotografía?

E.L.: Es saber escuchar bien. Cuando uno es director de fotografía hay que resolver muchos problemas, y el principal es traducir las historias en imágenes. Las imágenes son el lenguaje más importante del cine, pero no todos los directores son visuales, y eso no es malo. Así que uno tiene que establecer una buena relación con el director. Debe ser una relación basada en la confianza: no solo su confianza en ti, sino tu confianza en él.

Semana.com: ¿Y cómo resolver las diferencias entre ambos?

E.L.: Cuando uno es joven piensa que solo hay una manera de hacer las cosas, pero cuando yo envejecí me di cuenta que siempre hay más de una forma. Así que el secreto está en entender por qué un director quiere hacer algo de cierta manera. Puede que tú pienses que se debe hacer distinto, pero lo más importante es entender la razón y la metodología del director. Entender su motivación. A partir de ahí se puede negociar.

Semana.com: Tengo que preguntarle por la controversia que han causado Netflix y los otros servicios de streaming en la industria del cine. Como director de fotografía, ¿cree que una película pierde parte de su encanto cuando no se proyecta en una pantalla grande, sino en dispositivos pequeños?

E.L.: Sí. Cuando filmo para la pantalla grande le pongo mucho cuidado a los detalles y a toda la información, por más pequeña que sea. Siento que la pantalla grande le da a la audiencia la posibilidad de hacer parte de lo que está viendo y me encanta la sensación de que algo es más grande que ellos. Pero este es el mundo en el que vivimos….