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Las inolvidables

Estas son las 10 mejores películas de 2004.

Ricardo Silva Romero*
19 de diciembre de 2004

No importa qué haya pasado en el mundo. En el cine las cosas serán siempre mejores, en el cine siempre estaremos a salvo. Quien se tome el trabajo de comparar las estupendas producciones cinematográficas que han llegado a Colombia en este año bisiesto, con las noticias fúnebres que han invadido las primeras planas de todo el planeta -atentados indolentes, reelecciones inverosímiles, guerras dirigidas por multinacionales-, llegará sin problemas a la conclusión de que gracias a las ficciones nos salvamos del cinismo: las películas, con sus intimidades a la vista y sus naturalezas que se mueven, redimen la experiencia de estar vivo. Recordemos 10 largometrajes, los 10 mejores de 2004, como ejemplo:

1.Elefante, de Gus Van Sant. Son sólo 80 minutos. La cámara va detrás de los personajes, adolescentes que jamás encajarán en el mundo, mientras recorren el colegio en donde serán ejecutados por dos de sus compañeros. Quedará al final un silencio agobiante.

2.El regreso, de Andrei Zvyagintsev. Quien la ve prefiere callar cuando termina. El viaje que narra -la travesía de un padre ausente con los dos hijos que no ha visto en 12 años- podría interpretarse de mil maneras, si no fuéramos parte de la historia.

3.Perdidos en Tokio, de Sofia Coppola. No se nos dice nada como esto. Pero la soledad de ese actor en decadencia se pierde en la traducción hasta cuando se tropieza, en un hotel japonés de pesadilla, con la nostalgia sublime de aquella mujer recién casada.

4.Fahrenheit 9/11, de Michael Moore. Lo ideal es verla ahora. Porque, superadas las tristes elecciones, dice por nosotros lo que no lográbamos decir: que las guerras jerarquizan a nuestras sociedades y prueban que en la tras escena del mundo sólo está el dinero.

5.Capitán de mar y guerra, de Peter Weir. Pasó de largo por los teatros como si se tratara de negarle al público la bitácora de una amistad memorable. Sí, es sólo una aventura, un simple duelo entre barcos antiguos. Pero también es, no cabe duda, la obra de un maestro.

6.Antes del atardecer, de Richard Linklater. Los dos enamorados de Antes del amanecer se encuentran en una librería de París, nueve años después de perderse de vista, sin imaginar que en unos 75 minutos entenderán que han empezado a perder la vida.

7.Héroe, de Zhang Yimou. Una fábula narrada en cuatro colores: sucede en la China feudal, en el castillo del rey de Qin, cuando un hombre sin nombre se decida a contar una historia que puede acabar con una guerra. Sí, así es. Qué importa que narre una mentira.

8.Esplendor americano, de Shari Springer Berman y Robert Pulcini. Todo se vale, desde los dibujos animados hasta el documental falso, cuando se trata de retratar a un comediante hastiado que en la vida real sólo ha querido deshacerse de sí mismo.

9.Adiós a Lenin, de Wolfgang Becker. Un hijo que no cree ya en el comunismo, anclado en el Berlín oriental de 1989, hace todo lo que puede para que su madre militante muera sin saber que el muro se ha caído. El resultado es, claro, una comedia necesaria.

10.María llena eres de gracia, de Joshua Marston. Un director norteamericano logra ponerse en los zapatos de una joven colombiana que viaja de Bogotá a Nueva York con 62 bolsitas llenas de coca en el estómago. Tal vez sea un milagro.

El puesto número once: Eterno resplandor de una mente sin recuerdos cuenta una historia de amor desde la cabeza de un hombre deprimido, La joven con el arete de perla recrea una pintura de Veermer sin arruinar su misterio, Los lunes al sol se pone del lado de un grupo de desempleados que tratan de no odiarse a sí mismos, Tierra de sueños nos invita a hacer el duelo por los hijos que hemos perdido, Dogville se toma tres horas para que a nadie le queden dudas de sus verdaderas intenciones y Diarios de una motocicleta no nos permite olvidar que el Che Guevara fue primero que todo un joven compasivo.

*Crítico de cine de SEMANA