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Lascarro: entre Handel y Weill

Dos grabaciones ponen de relieve el extraordinario talento de Juanita Lascarro, quien triunfalmente acaba de inaugurar la temporada de ópera.

Emilio Sanmiguel
18 de septiembre de 2000

Que pueden tener en común estas dos grabaciones de la Alcina de George Frideric Handel y Der Silbersee de Kurt Weill? Para empezar están separadas por casi 200 años de distancia, porque la primera se estrenó en 1735 en el Covent Garden de Londres y la segunda en 1933 en Leipzig, Alemania.

Comparten que son de compositores alemanes y que fue música para la escena lírica que salió del repertorio: la de Handel porque los tiempos cambiaron y el gusto de la gente exigió otro tipo de propuestas; la de Weill porque para ese momento Hitler había llegado a la cancillería alemana y la obra fue retirada de cartel por la censura.

Comparten, y esto es importante, que el gusto del público en los últimos años ha revelado el sincero interés de explorar y revivir las óperas del barroco, caso Handel, y también la música anterior a la Segunda Guerra, caso Weill.

Y comparten estas grabaciones del sello Erato y la RCA, que cuentan con la magnífica participación de la soprano colombiana Juanita Lascarro, que por estos días es la gran estrella de la Opera de Colombia, como protagonista de Roméo et .Juliette de Charles Gounod.

Tan sencillo como decir que el público del Teatro Colón la ovacionó la noche inaugural de la temporada por una actuación dramáti-co-vocal a todas luces excepcional. De manera que no es exagerado afirmar que estos dos álbumes son la ratificación de la categoría de una artista cuyo talento se ha impuesto en el reñido mundo lírico de hoy.

Versátil. Esa es la palabra. Porque lo que está sobre el tapete al fin y al cabo es su natural facilidad para adaptarse a diferentes estéticas.

Alcina, en tres compactos, tiene libreto de Carlo Broschi (hermano de Farinelli) que proviene de los cantos VI y VII de Orlando furioso de Ariosto. Lascarro interpreta la parte de Oberto, trabaja hombro a hombro con un elenco de estrellas internacionales de la talla de las sopranos Renée Fleming y Natalie Dessay, la mezzosoprano Susan Graham, y el acompañamiento de una de las más prestigiosas orquestas del mundo en la restauración de música antigua, Les Arts Florisants bajo la dirección de una autoridad: William Christie. Juanita está como pez en el agua en esta música que la revela como una exquisita cultora del Stile fiorito que fue el estilo vocal característico del barroco. El registro sonoro proviene de presentaciones en la Opera de París, Palais Gardnier, en el mes de junio de 1999. El sonido es impecable.

No menos extraordinario es el elenco de Silbersee de Kurt Weill, obra con texto de Leon Kaiser. Aquí interpreta la parte protagonista de Fennimore, con toda la carga expresiva del estilo escueto y casi descarnado de la música de Weill, que en el caso de su parte exige una soprano del mundo lírico (lo que no siempre es habitual en Weill). También comparte elenco con luminarias de la talla de Helga Dernesch, Heinz Kruse, Graham Clarck y Heinz Zednik, la orquesta London Sinfonietta y dirección de Markus Stenz. La decisión de llevar la obra al disco en dos compactos, deriva —dice el libreto— de una serie de representaciones realizadas en el Royal Albert Hall de Londres en 1996, con este elenco naturalmente.

Bien, lo dicho, porque en medio de estas dos estéticas musicales casi antagónicas, el barroco del XVIII y el expresionismo del XX, Juanita Lascarro se impone además en el romanticismo francés de mediados del XIX, en Bogotá.