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Ree Dolly (Jennifer Lawrence), una mujer de 17 años a cargo de sus dos hermanos menores, emprende la búsqueda del padre que los abandonó.

cine

Lazos de sangre

Este pequeño drama de suspenso, filmado con una sensibilidad que se ve poco, nos entrega un personaje difícil de olvidar. ***1/2

Ricardo Silva Romero
25 de junio de 2011

Título original: Winter's Bone.

Año de estreno: 2010.

Género: Drama.

Dirección: Debra Granik.

Guion: Debra Granik y Anne Rosellini basado en la novela de Daniel Woodrell.

Actores: Jennifer Lawrence, John Hawkes, Kevin Brezahan, Dale Dickey, Garret Dillahunt, Shelley Waggener, Lauren Sweetser, Ashlee Thomspon y Isaiah Stone.

Prepárese para ser testigo de una estupenda película de suspenso que podría estar sucediendo en la realidad en este preciso momento. Prepárese: es tensa y triste como los buenos relatos norteamericanos. Narra, en una tradición que va de Deliverance a Terciopelo azul, la vida temible que sucede en esa parte de Estados Unidos en donde nadie está mirando. Recobra el espíritu del cine de aquel "nuevo Hollywood" que se dio en los años setenta: retrata a un personaje maravilloso con una pasión por lo humano que suena a anacronismo, tal vez a lugar común, hasta que uno la tiene justo enfrente. Su título original, Winter's Bone, sugiere un pequeño regalo del destino. En español ha sido llamada Lazos de sangre, en un curioso momento de lucidez de los tituladores, porque cuenta la historia de una hija -aquel personaje maravilloso: Ree Dolly- que se ve obligada a ir en busca de su padre.

Ree tiene 17 años, pero, a cargo de sus dos hermanos menores desde que su madre perdió la razón, acostumbrada a sobrevivir bajo la consigna "nunca pidas algo que deberían ofrecerte", hecha ya a un mundo en el que la adolescencia ni existe ni es siquiera una palabra, solamente se porta como una niña cuando siente que va a ser golpeada por alguno de esos monstruosos personajes que viven en aquella región de Missouri: es entonces, bajo la amenaza de esos seres indescifrables que han perdido la humanidad casi del todo, que la mujer que nunca llora resulta ser una huérfana frágil a punto de venirse abajo. Ree necesita encontrar a su padre, un "cocinero" de metadona que un buen día la dejó sola a cargo de su familia, porque solo él puede levantar la hipoteca que está a punto de dejarlos sin casa. El problema es que todos, en esa tierra sin Dios ni ley ni sol, son sus peores enemigos.

Lazos de sangre, nominada al Óscar a la mejor película de 2010, ganadora de treinta premios de primer orden, no nos deja en paz desde el comienzo hasta el final: todo el tiempo estamos convencidos de que el horror se va a tomar esta escena o la siguiente. Su directora, Debra Granik, jamás cae en la tentación de aliviar la atmósfera de pesadilla que recorre la trama ni pierde tiempo en la tarea de responder la pregunta que inquieta al espectador hasta el último minuto: "¿Por qué, cómo, en qué momento perdieron la humanidad todas esas personas?". No responde nunca ese interrogante. Y en cambio, le entrega a la actriz Jennifer Lawrence, capaz de encarnar el coraje y el dolor y el miedo, el peso de cada una de las secuencias del largometraje: sabe que su personaje es la película.

Las ficciones estadounidenses tienden a dar, de Tom Sawyer a Ignatius J. Reilly, de Charles Foster Kane a Benjamin Braddock, con grandes personajes que nos dan noticias de nosotros mismos. Y Granik tiene claro que Ree Dolly, encarnado por Lawrence a la perfección, es uno de ellos.