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LEER O NO LEER...

En la legibilidad está el tropiezo

24 de junio de 1985

La intimidad que establece un lector con su página suele estar regida por leyes que afectan ese placer solitario. No sólo las características formales que conciernan a tipo .Je papel, diseño o márgenes son determinantes. La disposición del texto el tipo y tamaño de letra el espacio entre renglones (interlínea) son factores que intervienen de modo silencioso e inconsciente para mejorar o retardar el tiempo de lectura. Es así como en el trabajo editorial la salud del texto se llama legibilidad (lo que se puede leer, según el diccionario) y ella cumple un papel estrictamente utilitario, cuyo objetivo apunta siempre al leetor más inepto. El proceso de lectura es bastante curioso, pues en un 94% quien lee, dedica este tiempo a realizar unas pausas que se llaman fijaciones, las cuales tienen una duración de 14 de segundo. En esos instantes las letras o símbolos que conforman la página son, después de identificados y reconocidos, convertidos en significados. Si hay obstáculos que interfieren, entonces el lector debe ejecutar una operación llamada regresión, que consiste en devolverse. Esto cuando hay muchas palabras por renglón (más de 10-12); o si el tipo de letra a pesar de ser grande no tiene interlinea; o está impreso en colores, o en itálicas. La velocidad de la lectura es tan elevada--el leetor promedio absorbe entre 250 y 300 palabras por minuto--, o el tema es tan fascinante, que muchísimas veces el lector no se percata de las dificultades.
Existe un deterioro continuado en los libros colombianos de estos últimos años en cuanto a legibilidad se refiere.
La mayor parte de las veces se asume la peregrina idea que mientras sean letras, pues se leen y allá el lector, desconociendo una tradición de investigación editorial que en el caso de la legibilidad se remonta a finales del Siglo XVIII, cuando Anisson, el director de la Imprenta Nacional de París, hizo pruebas con sujetos para determinar entre dos tipos de letras distintos cuál se leía mejor. De esa fecha hasta nuestros días se han publicado más de 500 estudios especializados.
Esta lucha por defender al lector en su tiempo y en su cornea, la definió la investigadora inglesa Beatrice Warde cuando señaló que el diseñador debía tender un puente invisible entre lector y autor, de tal manera que ese proceso de comunicación jamás se perturbase bien fuera por arrogancia en el sobrediseño o por ignorancia.
Las placas colombianas de automóviles son un interesante ejemplo
Tienen dos ejes de lectura las letras de arriba abajo y los números horizontales. El hecho de llevar fondo negro también es un aspecto discutible no sólo por una mayor dificultad en su visibilidad nocturlla; también, según los resultados de legibilidad, retarda el tiempo de lectura en un 10% ( Parteson, 1931 y Taylor, 1934) Una forma de matricula frecuente es aquella donde letras números se leen horizontalmente. A ese efecto el INTRA adaptó para los remolques una placa de mayor anchura que se coloca al extremo posterior, (en este caso el automotor posee tres placas, las dos básicas y la adicional). La solución es defectuosa no hay espacio entre letras y números y el cero y la letra "O" son la misma matriz, creándose ambiguedad y deteriorando un alfabeto que los diferencie plenamente. A la par que en las placas de motocicletas se observa este mismo defecto, basta con mirar la letra "W" para darse cuenta que es una "M" invertida ojalá las próximas emisiones de placas y los nuevos diseños tengan en cuenta estos aspectos mínimos, que una tipografía adecuada resolvería.
Otro caso es el reciente mapa vial publicado por la ESSO y que constituye la mano derecha del viajero. En su séptima edición actualizada de febrero de 1985 hay mucha tela por cortar. Un cambio de tamaño que en su ampliación a pliego (70 x 100 cms) lo puede hacer incómodo. A pesar de la intervención del Agustín Codazzi y de Carvajal, no se explica que sea inferior al modelo anterior, basado en un diseño Norteamericano. Se reemplazó la letra azul por la negra ocasionando una pérdida parcial de legibilidad en los nombres, las divisiones políticas y los ríos. Las carreteras se dejaron todas en rojo con una codificación casi imperceptible en los tamaños, con lo cual es bastante fácil pasar de una vía pavimentada a un camino de mula. Eliminó el índice anterior de cerca de 1.600 municipios y descuidó la tipografía de todo el mapa . Letras obstruidas que caen sobre líneas rojas o negras haciendolas ilegibles. Distintos tamañs de letras para ciudades que pasaron de estupendos a regulares. Tanto el editor como el impresosr bajaron la guardia. No hay explicación para un proyecto que venía bien, fuese rediseñado con inconvenientes o que el impresor no hubiese detectado a tiempo la ilegibilidad., las letras rotas y borradas, o confusas.
Camilo Umaña Caro. -