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Libro 'Transpolítico': testigos de su tiempo

Un nuevo libro, 'Transpolítico', propone un panorama de los últimos 20 años del arte nacional. La selección de artistas es diversa pero los une su discurso sobre la realidad colombiana.

24 de noviembre de 2012

Como ocurrió con México y Brasil hace unas décadas, Colombia se ha convertido en un epicentro mundial del arte contemporáneo. Este fenómeno, que ya lleva algún tiempo, se traduce en una gran creación de obras y en un interés de los museos, galerías y coleccionistas por los artistas nacionales. Sin embargo, este auge no se ha visto traducido en una producción editorial que registre su crecimiento, a pesar de que sí se han publicado grandes excepciones, como Otras voces, otro arte, del periodista Diego Garzón. Gloria Samper y María Victoria Mahecha, socias de la empresa Paralelo 10, que se dedica a la difusión de arte, se dieron cuenta de esta carencia. Así, desde su empresa, empezaron a editar libros que reflexionaran sobre la escena de la plástica colombiana. Sus primeros intentos fueron dos libros sobre el trabajo de Rosario López y Miguel Ángel Rojas.

Hace dos años decidieron que había llegado la hora de trabajar en un libro más ambicioso. Empezaron a idear un proyecto y a buscar financiación. "Queríamos hacer algo diferente, no solo un catálogo: tenía que ser una buena herramienta de análisis", le dijo Samper a SEMANA. Las dos promotoras decidieron contactar a José Roca quien es uno de los curadores más respetados del país y a Sylvia Suárez una reconocida crítica e historiadora. Al mismo tiempo conocieron a Liza Erf, la directora de la colección de arte del banco estadounidense J.P. Morgan. Erf se interesó mucho en la idea y viajó al país. Su primer contacto quedó registrado en el prólogo del libro: "Mi primera visita a Bogotá, en 2010, fue una experiencia asombrosa. Fue uno de los momentos más intensos que he vivido al aproximarme a una nueva ciudad y a una escena artística contemporánea de la que yo sabía poco. Cada museo, galería, estudio y colección que visité, fue una experiencia cada vez más enriquecedora. Cada visita revelaba una capa tras otra de producción artística que transmitía una madurez intelectual y visual de tal calibre y de tal capacidad física y emocional que parecía imposible no haberla conocido antes". Después de su visita J.P. Morgan aceptó financiar el libro.

Roca, quien este año fue nombrado curador adjunto de Arte Latinoamericano en la Tate de Londres, es uno de los grandes expertos en arte colombiano reciente. Durante su paso de una década como curador de la Colección del Banco de la República conoció a Suárez, quien ha hecho también una extensa labor investigativa. Los dos empezaron a trabajar en la selección de la lista de artistas, cada quien por su lado. En un principio pensaron en hacer un libro que se centrara en los últimos diez años, pero pronto entendieron que era un rango muy limitado. "Decidimos que la selección empezara desde el año 1992, es decir hace 20 años. Nos pareció una fecha muy relevante pues fue el momento en el que se celebraron los 500 años del Descubrimiento de América: fue un momento en el que se empezó a discutir mucho sobre el tema de la identidad de nuestra cultura", le dijo Roca a SEMANA.

Una vez terminada esa primera etapa, los dos curadores cruzaron sus listas y quedaron con un poco menos de 50 nombres. Entre ellos estos están artistas 'veteranos' como Doris Salcedo, Delcy Morelos, Óscar Muñoz, José Alejandro Restrepo, Miguel Ángel Rojas, y otros más jóvenes como Miller Lagos, Mateo López, Marco Mojica y Rodrigo Echeverri. La idea era contrastar las diferentes propuestas y lograr un panorama completo que abarcara diferentes edades, géneros y orígenes. Todos ellos trabajan con técnicas muy diferentes, pero son pares en los temas que exploran.

Uno de los intereses de los curadores era poner a dialogar a los artistas nacidos en diferentes generaciones pero que se consolidaron en el curso de los últimos años: "No es absurdo poner a Doris Salcedo al lado de Mateo López, por ejemplo. Ambos, a su manera, tienen una fuerte presencia y son muy solicitados en diferentes campos", dice Roca. Justamente este libro responde al evidente interés que genera el arte colombiano en otros países. "Hablo con mucha gente cuando estoy en el extranjero y todos me dicen que acaban de ir o quieren ir a Bogotá. Es una de las ciudades de la que más se habla en los altos círculos de expertos. Lo que no me sorprende porque en Colombia hay, y siempre se ha hecho, muy buen arte", explica. Prueba de este boom es el éxito de la reciente edición de Artbo, donde los resultados de asistencia y ventas superaron todos los pronósticos. También, la prestigiosa editorial Phaidon incluirá a la capital colombiana en un libro que está preparando sobre las ciudades con una escena artística más vibrantes del mundo.

Cuando el libro estaba listo, Roca y Suárez dudaron sobre el título. Después de barajar varias posibilidades decidieron que el tendría que ser atractivo y reflejar un tema que es, de una u otra manera, recurrente entre todos los seleccionados: así nació Transpolítico. El concepto, según los curadores, hace referencia a la postura que han tenido los creadores frente a la actualidad colombiana.

En el texto introductorio, Roca y Suárez explican que esta relación ha evolucionado a través de las generaciones. Durante los sesenta y setenta los artistas colombianos estaban muy comprometidos con la lucha política, en especial con la izquierda. En ese sentido, sus trabajos eran abiertamente militantes en la mayoría de los casos. Luego vino un grupo durante los ochenta y noventa que tomó cierta distancia. En los noventa apareció una "nube", como la llama Roca, de artistas que volvieron a retomar la actualidad, pero esta vez desde una perspectiva más sutil. Finalmente, en la primera década de este siglo vino una generación que hizo una ruptura más radical. Y, aunque la política y la violencia están presentes como un trasfondo, se dedicaron a hacer un trabajo que es "una reflexión sobre el discurso mismo del arte".

Como todas las selecciones, la de Transpolítico generará todo tipo de discusiones. Algunos dirán que faltan nombres y otros que sobran. Pero se trata de un esfuerzo edificante que ayuda a entender mejor la rica propuesta que está ofreciendo el arte contemporáneo colombiano.
 
[Artículo relacionado] Lea aquí la entrevista a la crítica e historiadora de arte Sylvia Suárez.