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LIBROS PARA OIR

Cada vez se hacen más populares las grabaciones de grandes obras literarias, en las voces de famosos actores.

21 de agosto de 1989


Lo que en un principio surgió como ayuda eficaz para la cultura y el entretenimiento de los invidentes, se ha ido convirtiendo en los últimos años en una de las modalidades editoriales más prósperas, populares y útiles: los casetes y discos que contienen grandes textos literarios, completos o fragmentados, leídos por excelentes voces tomadas en la mayoría de las ocasiones del cine, el teatro y la televisión.

No hay mayor placer, por ejemplo, que conducir largas distancias mientras en la casetera del vehículo se va escuchando a James Mason leyendo "El tercer hombre" de su paisano Graham Greene, o a Jean-Louis Trintignant dándole forma oral a los más destacados capítulos de "En busca del tiempo perdido", o a Richard Burton prestando su voz y su acento reconocibles a los poemas de Dylan Thomas.

Cada vez aumenta el número de grabaciones que permite, a invidentes y a personas normales sin tiempo para leer, escuchar los textos que les interesan. Se trata de un sistema que está revolucionando los moldes tradicionales de la lectura.

El tiempo en que la grabación de textos literarios (por citar sólo esta categoría, porque existen también grabaciones sobre temas económicos, políticos, sociales, científicos, etc., de acuerdo con el interés del oyente) pertenecía a un puñado de empresas norteamericanas y europeas ha pasado a la historia. Actualmente grandes editoriales como Rabdin House Simon & Schuster, Batnam Books y Jarper & Row, entre otras, ya tienen bien organizadas sus propias divisiones para producir "libros para escuchar, no para leer" y los catálogos de lo que se puede adquirir en este campo tienen más de mil páginas.

Todos los géneros parecen estar cubiertos (humor, horror, suspenso, misterio, biografías, ficción, ciencia-ficción, viajes, novelas románticas, poesía, teatro, etc.), y en este campo surgen variaciones. Por ejemplo, la firma Books on Tape, una de las empresas que graba en su totalidad los textos literarios, prefiere ofrecer sólo la lectura de la obra, mientras otros sellos incluyen música de fondo y hasta efectos sonoros para ciertos pasajes, además de acentos nacionales para remarcar más algunos personajes. Uno de los mayores expertos colombianos en este género de grabaciones, el periodista Bernardo Hoyos quien durante varios meses debió someterse a esta lectura auditiva, recuerda con placer largas sesiones con material producido por la Biblioteca del Congreso norteamericano, escuchando a Glenda Jackson en "Alicia en el país de las maravillas", Laurence Olivier con el Nuevo Testamento, Richard Burton con obras de Jon Donne y Dylan Thomas, Ralph Richardson con Marcel Proust, Henry Fonda y Charlton Heston con varios autores norteamericanos, John Le Carré leyendo sus propios textos, John Gielgud leyendo los capítulos de la serie "Las edades del hombre", muchísimos más.

En Colombia, hasta la fecha, el experimento más valioso en este campo ha sido encabezado por la emisora HJCK y su director Alvaro Castaño quien, con base en las grabaciones que ha recogido en sus espacios culturales, ha producido una serie de discos en la cual, entre otros, Jorge Zalamea, Gabriel García Márquez, Alvaro Mutis, Jorge Gaitán Durán, Pablo Neruda y Eduardo Cote Lamus leen su propia obra. Según Bernardo Hoyos, está en pie, con el apoyo del Banco de la República y otras entidades oficiales y privadas, un proyecto que busca lanzar en casetes y discos la obra de grandes escritores nacionales, leída por ellos mismos y por locutores reconocidos como Gonzalo Mallarino, Julio Nieto Bernal, Milton Erre, Jesús María Guillén y otros.

Mientras tanto siguen apareciendo todas las semanas en Estados Unidos y Europa otros discos, otros casetes en los cuales, por ejemplo, Julie Harris lee West with the night de Beryl Markham, las historias de Noel Coward leídas por el actor Denholm Elliott y Julia MacKenzie, el actor Christopher Cazenove lee fragmentos de la novela "Bajo el volcán" de Malcolm Lowry, mientras el famoso Jeremy Irons (uno de los sacerdotes en "La misión", el que toca la flauta) lee con humor y entusiasmo las aventuras de un niño que protagoniza la novela "El imperio del sol" de J.G. Ballard, convertida en película por Steven Spielberg. Y la lista sigue.--