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Lo primero de Compay Segundo

A sus 94 años el músico activo más viejo del mundo ve reeditadas sus grabaciones de juventud.

Juan Carlos Garay
15 de abril de 2002

La caratula de un antiquísimo disco del dúo Los Compadres ha sido rediseñada. Ahora uno lee que va a escuchar a ‘Compay Segundo y Compay Primo’ y choca un tanto esa subversión del orden numérico. Pero en el fondo se entiende que es el homenaje merecido al músico activo más viejo del mundo. Viene a la memoria la reflexión lúcida de Compay Segundo para los micrófonos de Radio Netherland, no hace mucho: “Los jóvenes no quieren hacerle la segunda a nadie, todos quieren ser estrellas de la noche a la mañana. Mira yo cuántos años tuve que esperar, cuántos caminos tuve que recorrer, cuántas serenatas tuve que cantar”.

Y es que, claro, el reciente éxito del cantante como alma del Buena Vista Social Club nos lo hace ver como una estrella de siempre. Pero en verdad, ¿cuántos han oído sus primeros discos? Allí, en esas grabaciones de los años 40 se escucha una voz de barítono cauto, que todavía no era el artista de fama internacional sino, simplemente (y ahora el nombre va en minúscula para que se entienda mejor) el compay segundo.

Tal es el encanto de esas viejas grabaciones que, recientemente, la disquera estatal de Cuba (Egrem) decidió volver a hacer circular. Y como la Egrem tiene distribución en Colombia la noticia no es sólo grata para melómanos cubanos. Muchos años han pasado entre el disco de ‘vitrola’ original y la edición actual en CD; pero así mismo hay cosas que permanecen: en esas primeras canciones se siente ya el cantante pícaro, el compositor ágil, el intérprete habilidoso de la guitarra y el tres. Quizá cuando la nueva carátula anuncia primero a Compay Segundo no esté invirtiendo un orden sino equilibrando a los compadres.

Algunos dicen que fue Compay Segundo quien le propuso a Lorenzo Hierrezuelo la formación del dúo Los Compadres, en 1942. Se habían conocido cuatro años atrás, como integrantes del Cuarteto Hatuey (del cual no subsisten discos pero sí un par de apariciones en el cine mexicano). Sus primeras grabaciones conforman hoy el álbum Mi son oriental.

El dúo cosechó tal éxito que hoy varios historiadores lo equiparan, en cuanto a legado musical, con el legendario Trío Matamoros. Se separaron en 1955, aunque Hierrezuelo siguió grabando con su hermano y mantuvo el nombre del dúo. Por ese interés histórico es que vale la pena acercarse a otro disco, Llegaron los Compadres, que compara las grabaciones del primer dúo con aquellas en las que ya no aparece Compay Segundo. ¿Se siente la ausencia?

Los animo a que escuchen y decidan.

Y un tercer disco, llamado Grandes éxitos, presenta las canciones grabadas luego de 1955, cuando el compay segundo decidió ponerle mayúsculas a su nombre y armó el conjunto Compay Segundo y sus Muchachos. Bonita trayectoria narrada en tres álbumes. El resto de la historia acontece en épocas más recientes, involucra al productor estadounidense Ry Cooder y varias giras internacionales.

Pero quizá son dos los episodios más elegantes de este resurgir del cantante nonagenario, porque tienen menos que ver con el mercantilismo que con el afecto. Uno fue el gesto de la fábrica de habanos Montecristo, que lanzó una edición limitada de 1.000 puros con el rostro de Compay Segundo en la anilla. El otro es, justamente, este proyecto de la Egrem de volver a poner en circulación sus grabaciones tempranas: los discos primeros del compay segundo.