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LOS ENANITOS VERDES

Por un error, un padre encoge a sus hijos en la nueva película de los estudios Disney.

19 de febrero de 1990

Una de las escenas más cómicas y divertidas de "Querida, encogí los niños", muestra a un padre de familia buscando a sus hijos en el jardín pero en las peores circunstancias colgando de la cuerda de tender la ropa para no pisarlos, armado de una enorme lupa con el fin de descubrir la presencia de dos hijos y dos amigos quienes, empequeñecidos por accidente, caminan entre las hierbas y los arbustos que, desde su tamaño diminuto, tienen la apariencia amenazadora de una selva africana

Esa escena que contagia por igual con su humor negro y sus exageraciones a espectadores chicos y grandes, es una muestra excelente de la carga de imaginación contenida en la película que durante 1989 ocupó el tercer lugar en taquilla en Estados Unidos, antecedida por "Batman" y "Arma mortal II"

La historia tiene el sello inconfundible de las producciones Disney, dirigidas al entretenimiento más simple: risas en las escenas más tensas, un poco de suspenso, sorpresas, movimiento continuo de los actores y, por encima de todo, la utilización de los mejores efectos especiales, esos que permiten al espectador entretenerse mientras contempla las aventuras de los cuatro niños quienes, por un accidente del padre, un científico, han sido empequeñecidos y sometidos a las situaciones más extravagantes, como caer en la leche que contiene cereales y estar a punto de ser engullidos por un hombre quien, en una difícil disyuntiva como esta, apela a lo único que puede salvarlos a todos: el humor.

La película significa el debut de un hombre que se convierte en director y guionista después de estar muchos años trabajando en el departamento de trucos y efectos especiales, Joe Johnson, responsable de las mejores escenas de acción y suspenso de películas como "Guerra de las galaxias" y "Cazadores del arca perdida". Es un artesano que sabe como pocos cuáles son los recursos visuales capaces, como en este caso, de convencer al cada vez más incrédulo espectador, de la posibilidad de una historia como esta, durante la cual los cuatro niños son sometidos a las más angustiosas pero divertidas torturas cuando simples insectos se convierten en monstruos y cuando tienen que gritar y llamar la atención del padre cuando está a punto de tragárselos o pisarlos.

Además de esos recursos la película cuenta con otro elemento valioso, el actor Rick Moranis, uno de los mejores cómicos del cine norteamericano de hoy, quien aparece actualmente en "Cazafantasmas II" y estuvo varios años atrás enamorado de una planta carnivora y asesina en "La tiendita del horror". Moranis es un actor excelente no se excede en sus gestos y aun en los momentos más complicados el espectador sabe que su humor negro y su calma salvarán la situación. Este es un buen pretexto para comenzar el año cinematográfico .
El joven director francés JeanJacques Annaud tiene encantados a miles de espectadores colombianos con su historia del pequeño oso que sobrevive a tantas aventuras de la mano de un monstruoso personaje que le irá enseñando lo mejor y lo peor del bosque y la vida.

Annaud, como los primitivos que mostraban sus películas en las barracas de feria en Paris durante el siglo anterior, tiene el poder de fascinar y encantar a sus espectadores y es uno de los pocos realizadores con la capacidad de tomar temas difíciles de tratar y convertirlos en peliculas entretenidas. Así lo hizo con el tema del racismo en Africa con "Blanco y negro en color", ganadora del Oscar extranjero, luego con los personajes e historias de la Edad de Piedra que utilizaban un lenguaje inventado por Desmond Morris, realizó "La guerra del fuego" y, más tarde, con el libro que nadie esperaba ver convertido en película, "El nombre de la rosa", se convirtió en uno de los mayores éxitos.

Es que Annaud tiene la sencillez y la magia de saber contar, de llegarle al más reacio de los espectadores y en este caso, después de trabajar durante más de cinco años e invertir una de las sumas más cuantiosas del cine francés, ha logrado una película amable, Sin trampas ideológicas, violentas o eróticas, que le sirve a todos para comprender mejor algunos principios de la vida mientras la pareja de osos atraviesa bosques, rios y montañas, mientras se comporta a la altura de los mejores actores humanos y deja la sensación grata de que, por encima de todo, Annaud se divirtió mucho, demasiado, filmando este cuento contagioso.-