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LOS IMCOMPRENDIDOS

Bajo el imperio de lo figurativo, la aventura de los abstraccionistas colombianos.

30 de agosto de 1982

Tres mujeres jóvenes, Silvia Mallarino, Cristina Pignalosa y Olga Pizano decidieron hace dos años fundar una galería dedicada a la divulgación de un arte que en Colombia poco ha prosperado, el arte abstracto. De la necesidad que vieron de fomentar esa expresión, nació Témpora. Durante su corta existencia la galería presentó exposiciones de arte abstracto, o no figurativo, tanto propio como extranjero, dió ciclos de conferencias, proyectó audiovisuales estableció una pequeña biblioteca publicó dos libros; uno, con obras de Pablo Solano y el segundo, un esbozo de cuatro artistas no figurativos de nuestro país. Tras algunos meses de labor, Témpora fue seleccionada como la única galería colombiana para asistir a la Exposición de Arte Contemporáneo de Madrid. Allí sus promotoras se dieron cuenta de que estaban en el camino acertado y, que el arte que defendían se estaba proyectando en el mundo como una expresión valedera de la plástica contemporánea. Desafortunadamente, la galería que era más que eso, un centro de difusión del arte moderno, tuvo que cerrarse hace pocas semanas por problemas económicos. "Nunca hicimos concesiones -explica Silvia Mallarino. Las muestras que se trajeron no tenían un carácter comercial. La galería pretendió solucionar un "impasse" que existe en nuestro medio por las escuelas de Bellas Artes y la falta de información cultural. Al principio existió cierta apatía, luego llegamos a tener hasta 300 personas diarias visitando las exposiciones. La inquietud quedó especialmente en los jóvenes. Desafortunadamente quienes compran arte lo hacen, en la mayoría de los casos, por inversión y no por lo que es la obra de arte en sí. Yeso no se puede apreciar si no se conoce ese arte que tanto defendemos". Pero del trabajo de esas tres mosqueteras que hoy se sienten como cayendo en el vacío quedó tambien definido ante el público un grupo de artistas cuya ubicación dentro de los movimientos artísticos no era muy clara y cuyas semejanzas creativas no son tan evidentes. Un grupo de pintores y escultores que trabajando aisladamente sin mayores nexos de amistad, entre sí, está unido por las mismas metas estéticas y por su actitud ante el hecho de crear.

QUIENES Y QUE SON LOS ABSTRACTOS
Esta especie de cruzada que son los abstractos colombianos comprende artistas como Eduardo Ramírez Villamizar, Olga Amaral, Manuel Hernández, Edgar Negret, Pablo Solano, Carlos Rojas y muchos otros jóvenes que han querido romper con los cánones académicos buscando nuevas alternativas en las dos o tres dimensiones. Los abstractos o no figurativos han sido atacados, regañados y sus obras parecieran no venderse en un mercado en donde la moda es comprar todo lo que tenga una relación directa con lo real, lo figurativo. Incluso alguna vez el pintor Fernándo Botero exclamó "¡Que muera el abstracto!" Y los artistas de esa línea lo tomaron a broma y siguieron trabajando. Tratar de concretar en palabras lo que es totalmente abstracto ya es una labor difícil y más aún si se trata de que un abstracto explique su concepto y definición. Pero Manuel Hernández, con sus dotes de profesor explica: "Para el abstracto la nube significa etéreo: la piedra, peso y el espacio, aire. Trabajar en la pintura abstracta es desechar la piel misma de la obra, la forma de los objetos, el contenido inmediato. El abstracto pretende dar al hombre una emoción presentida, tomando en cuenta principalmente la sensibilidad, entregando elementos ocultos. La materia que usa el pintor es abstracta: los colores, la tela, la idea inicial". La expresión abstracta pareciera corresponder a artístas cuyo carácter es reservado, silencioso, que viven un poco apartados del mundo, rodeados de naturaleza, y que aman profundamente las raíces culturales nuestras más remotas. Son todos maestros de las sensaciones, comunicadores del color, creadores de nuevos espacios, que interrogan siempre el medio que los circunda tratando de ir siempre más allá de las formas.
En Hernández, Amaral, Solano, y Ramírez Villamizar hay otras características que les vincula estrechamente y es la confianza casi ciega, según la critica. casi insensata, en la acción de crear, confianza que se encuentra lejos del realismo mágico en el que hasta ahora se había desenvuelto el arte colombiano.