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Los jardines secretos de Robert Doisneau

Esta semana los bogotanos podrán apreciar las obras de uno de los grandes maestros de la fotografía. La muestra estará expuesta en las calles de la ciudad gracias a la Embajada de Francia y al Museo de la Fotografía.

26 de mayo de 2003

Nadie como Robert Doisneau logró representar en imágenes los suburbios de París. Sus fotografías son verdaderos 'jardines secretos' porque en ellas pudo captar la vida oculta de los habitantes de la Ciudad Luz.

Doisneau creció en Gentilly, un barrio pobre y maloliente cerca al contaminado río Biéure. Su espíritu aventurero lo llevó, desde muy joven, a conocer el oficio de la fotografía al lado del escultor Vigneau. Los fines de semana sacaba su trípode y una vieja cámara de madera y se lanzaba a la calle a tomar fotos y a explorar nuevos senderos.

Brassai y André Kertész fueron sus primeras referencias en reportería urbana y de ellos aprendió a mirar con humildad las particularidades de las escenas callejeras. En 1932, cuando tenía 20 años, publicó su primer reportaje gráfico, 'Le marché des puces' ('El mercado de las pulgas') en el periódico Excelsior.

Viajó por varios continentes como reportero de la Agencia Rapho pero nunca se sentía cómodo y soñaba con volver a París a tomarse un café con el poeta Jacques Prevért: "Tengo un centro. Mi centro se integra con mis amigos, mis cómplices. ¿Es esto la prueba de una falta de espíritu aventurero? Quizás es una falta de confianza en mí mismo para salir a conquistar el mundo. Me siento bastante perdido en una tierra extranjera. No hablo idiomas y aborrezco no ser capaz de comunicarme con la gente".

Doisneau trabajó para la Renault durante cinco años para mantener a su familia. Este trabajo fue una verdadera tragedia para él por los horarios y el exceso de trabajo y fue despedido en 1939.

Con una cámara Rolleiflex de formato medio y otra de 35 milímetros se movió por los barrios de París: por las escuelas, las calles angostas, los estudios y talleres de sus amigos, los cafés donde los obreros hablaban sin ningún temor y disfrutaban ser fotografiados. Escondido tras un abrigo se confundía con los vecinos y muchas veces se quedaba horas enteras esperando con paciencia el momento indicado para tomar la mejor fotografía. Doisneau creía que "las mejores fotos, las que son recordadas, son las que han pasado primero por la mente de la persona antes de ser depositadas por la cámara". Y así sucede con muchas de sus obras como, por ejemplo, con la famosa fotografía 'El beso de la Alcaldía de París', de 1950. Igualmente son recordados sus retratos de Pablo Picasso, Jacques Prevért y Coco Chanel y los trabajos realizados para revistas como Life, Picture Post y Vogue.

Robert Doisneau murió en 1994. Vivió 82 años, tiempo suficiente para hacer de su barrio y de su ciudad un universo absurdo, un pequeño teatro, un jardín secreto honrado por la perdurabilidad de sus imágenes.