Los libros del año

1Mi cuerpo es una celda. Andrés Caicedo.

A partir de cartas y textos en su mayoría inéditos, el chileno Alberto Fuguet montó una notable autobiografía de Andrés Caicedo. Su mejor libro, sin duda. Ahora, ya no será más el prometedor autor de obras adolescentes, sino el escritor desgarrado y lúcido que trasciende su época y su ámbito parroquial.

2El Palacio sin máscaras. Germán Castro Caycedo.

Otro montaje, otro estupendo trabajo de edición. Después de 22 años, cuando ha resurgido la opción de que se haga justicia y brille la verdad, el periodista colombiano revive la pesadilla del Holocausto del Palacio de Justica, con las voces directas de sus protagonistas.

3La carretera. Cormac MacCarthy.

Después de la hecatombe, en un mundo posnuclear, un padre su pequeño hijo caminan en busca de un lugar dónde sobrevivir, lejos de las peligrosas bandas de caníbales. Apocalipsis y esperanza, diálogos inolvidables, son el trasunto de esta obra de profunda espiritualidad.

4Historia de la fealdad. Umberto Eco.

Todas las épocas han sentido una gran atracción por la fealdad. ¿Por qué? Responder esa pregunta a través de imágenes de artistas, de citas históricas y literarias, es el interesante periplo histórico que nos proponen el profesor Umberto y Eco y su competente equipo de colaboradores.

5Simón Bolívar. John Lynch.

Frente a una figura tan controvertida, nada mejor que una biografía desapasionada. Y esta de John Lynch, célebre hispanista de la universidad de Londres, es garantía de objetividad, de rigor en las fuentes. Bien escrita y con una minuciosa reconstrucción de los contextos político y económico de la época.

6Diario de un mal año. J. M. Coetzee.

Diario de un mal año es a la vez una novela de ideas, argumentos y personajes, que se desarrolla en tres líneas narrativas simultáneas. Ensayo y narración de gran nivel, en la obra más experimental del premio Nobel.

7Pétalos. Guadalupe Nettel.

En total son seis relatos: historias de seres marginales; historias excéntricas que nos envuelven en una atmósfera que perdura aún después de haberlas leído; como corresponde a los buenos cuentistas que saben algo básico: lo que importa es la historia secreta.

8El esposo Divino.
 
"La niña de Guatemala, la que se murió de amor", dice un poema de José Martí. Al indagar sobre el personaje real que inspiró estos versos, Francisco Goldman, escritor nacido en Boston y de madre guatemalteca, se encontró con María Granados, un amor de juventud del héroe cubano en su estada en aquel país centroamericano. En apariencia es una novela histórica sobre ciertos episodios de la vida del héroe cubano; en realidad, es una interesante exploración sobre el mestizaje americano.

9Zoológico Colombia. José Alejandro Castaño.

Crónicas periodísticas sobre los duros sucesos en la Colombia de los últimos años. Pero, a diferencia de ciertos noticieros de televisión, aquí queremos seguir hasta el final. Gracias a su escritura y a que su autor no naufraga en los hechos. Al contrario, propone un hilo conductor para no sucumbir ante el vertiginoso caos de nuestra realidad.

10La última estación. Jay Parini.
 
El último año de vida del concupiscente conde Tolstoi transcurre en la contradicción entre una vida aristocrática y la aspiración a una religión igualitaria y casta, el tolstoianismo. A su alrededor, conspiran sus discípulos, sus hijos y su esposa. Darle la voz a cada uno de ellos, relativizar el punto de vista, es el acierto de esta novela de no ficción.