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Vincent D’ Onofrio, Martin Sensmeier, Manuel García Rulfo, Ethan Hawke, Denzel Washington, Chris Pratt y Byung-hun Lee, protagonizan esta adpatación del clásico de John Sturges.

CINE

Los siete magníficos

Este reencauche de la película de vaqueros de 1960 basada, a su vez, en un clásico de Kurosawa, desperdicia un elenco carismático para hacer una oda irreflexiva al poder paramilitar. *½

Manuel Kalmanovitz G.
24 de septiembre de 2016

Título original: The Magnificent Seven

País: Estados Unidos

Año: 2016

Director: Antoine Fuqua

Guion: Richard Wenk y Nic Pizzolatto

Actores: Denzel Washington, Ethan Hawke, Chris Pratt

Duración: 132 min

Es difícil encontrarles la magnificencia a estos siete magníficos. ¿Qué tiene de magnífico dispararle a alguien por la espalda? ¿Hacer trampa para ganar? ¿Ser movido por el lucro y la venganza? Magnífico sería que pudiéndose vengar se negaran a hacerlo, que en vez de lucrarse encontraran alguna otra razón para seguir adelante.

Pero en esta película sin curiosidad ni agudeza esas otras posibilidades no resultan ni siquiera imaginables.

Viéndola pensaba en lo distinto que se entienden las cosas dependiendo de dónde estén los espectadores. Me imaginaba ver esto en una sala de algún país que no ha vivido los azotes de tantos hombres armados al margen de la ley orgullosamente atropelladores, escribiendo a plomo una historia de sangre y desplazamiento.

Verla, digamos, en una sala de Ohio y no quedar necesariamente contento –porque no hay mucho que celebrar en este sainete con personajes de cartón sin más características que sus rasgos étnicos–, pero estando allá uno vería esta aparente oda al paramilitarismo como una curiosidad inofensiva.

Acá, donde las especulaciones sobre las bondades de tener tipos armados haciendo mandados varios no siempre se queda en suposición, encontrarse con una película que se niega tercamente a considerar los peligros de semejante empresa resulta desconcertante.

¿De verdad no hay problema con que un grupo de gente ‘buena’ contrate a unos pistoleros para solucionarle asuntos de tierras? ¿No habría que pensar en lo que pasa cuando los pistoleros, una vez solucionados los asuntos, sigan con pistolas y poder y sin timidez para usarlas?

Sería injusto decir que esta irreflexividad sea un problema de las películas de vaqueros, porque estas eran la clase de preguntas que se hacían, con matices y profundidad, en el Hollywood clásico (por ejemplo en los cinco filmes que Anthony Mann realizó con Jimmy Stewart entre 1950 y 1955).

Pero no hay lugar para eso acá. De lo que se trata es de un facilismo dramático, de pereza para pensar, de creer que el carisma de un par de estrellas (Denzel Washington, Ethan Hawke) y una edición fluida y veloz cancela cualquier pensamiento.

La historia es esquemática y se ha venido degenerando desde Los siete samuráis, la vital película de Kurosawa de 1954 de la que parte. En esta edición un grupo de pobladores son amenazados por un empresario minero, que irrumpe en la iglesia para anunciar que pueden venderle la tierra, emigrar o morir.

El malo, interpretado somnolientamente por Peter Sarsgaard, confirma su amenaza disparándole a uno por la espalda, a otro de frente y mandando a lanzarle un hachazo volador a una mujer. Solo le faltó patear algún perro sarnoso para completar la caricatura.

De ahí, una viuda ceñuda (Haley Bennett) va en búsqueda de estos hombres que le solucionarán todo sin las inconveniencias de jueces o procesos legales. Más allá de este esquema, la película no ofrece nada. Ni un retrato de amistad ni las emociones de la batalla, ni, como ya dije, los riesgos que implica contratar matones. Insisto: de magníficos, nada.

CARTELERA

Un traidor entre nosotros**

Adaptación de una novela de John Le Carré en la que un profesor universitario resulta inverosímilmente envuelto en una conspiración internacional.

Agorafobia **

Película de suspenso donde una muchacha incapaz de salir de su casa enfrenta a unos matones que quieren robarle.

Los nadie *** ½

Película colombiana, ganadora del premio del público en el Festival de Venecia, que retrata sin miserabilismos a un grupo de jóvenes malabaristas en Medellín.

Tenemos que hablar ***

Comedia romántica española que hila el reencuentro de una pareja separada con las secuelas de la crisis económica.