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LOS TIMBRES DE LA FAMA

Otro premio para Vidales: la reedición de su libro más famoso

11 de noviembre de 1985

SEMANA encontró al maestro Luis Vidales en un ambiente muy casero, recostado en su cama y enmarcado por tres caricaturas suyas hechas por Rendón. El poeta reconoce como influencias al Arcipreste de Hita y a Francois Villon y advierte que si su poesía es urbana eso se debe solamente a que cuando llegó de Calarca (la selva, según él) las casas, las calles y los carros le impactaron tanto que se reflejó directamente en su creación poética. Recientemente, Luis Vidales ganó el premio Lenin de la Paz y su primer libro, "Suenan timbres", aparecerá en este mes reeditado en Plaza & Janés.
Cuando SEMANA llegó, en sus manos tenía un ejemplar de la revista La Nación y del periódico Granma ambos cubanos: "qué buena prensa, fíjate en el papel, en la calidad de impresión, sin hablar del contenido. Y pensar que una isla tan chiquita produce esto tan bueno, y en Colombia...". Su admiración por el sistema cubano tiene, claro está, unas raíces políticas muy definidas, a partir de 1930 cuando fue fundador del Partido Comunista en Colombia.
Desde entonces, para Vidales la relación intrínseca entre política y poesia es la misma que existe entre forma contenido (anota que está de acuerdo con Engels según el cual forma y contenido son idénticos e inseparables), contradiciendo el principio aceptado por la mayoria de esctitores para quienes lo más importante es la forma que el contenido.
Desde sus primeros poemas, Luis Vidales es un humorista de tiempo completo: "El humorismo es una cosa muy seria, además de ser la constante más grande en la vida de la humanidad. En todo existe una punta de humor, hasta en el dolor de una mujer que acaba de quedar viuda y llora hay algo de circo. De otra parte, el humor negro está en la historia: actualmente, por ejemplo, la crisis de un sistema y la presencia de otro con las dificultades que esto conlleva tiene un humorismo muy fuerte porque todas las medidas le salen por la culata: Reagan, al llevar la guerra nuclear al cosmos, no sabe que la usa contra su propio pellejo y allí hay un humor trágico. Pero hago poesía política sin insultar a nadie porque se corre el riesgo de caer, como Neruda, que era un gran poeta, en el panfleto". Para Vidales, Colombia es negada para el humor por ser un país de gente trascendentalista, característica que no viene de España y es una cuestión individualista: "usted ve que todos los candidatos a la presidencia ahuecan la voz y se vuelven solemnes como queriendo decir: aquí estoy yo. Para mí, fuera de Rendón, en cuya línea estaba el humor, y de Osuna en su primera etapa, no hay nada que valga la pena".
De otra parte, para Vidales, la poesía es la primera expresión del arte en los pueblos: "Solamente de los ritmos del trabajo surgen las artes, y la poesía es la madre de todas porque si un cuadro o una pieza musical no tiene alma poética, no sirve". En la misma línea de pensamiento, el proceso creativo del poema comienza cuando el poeta Vidales ve en una situación o en una persona un fondo poético que muchas veces surge de una conversación que escucha en la calle o al oír la noticia del terremoto de México, por ejemplo. Sin embargo, desde que la idea nace hasta que se convierte en forma poética, puede demorarse un día o 30 años. "Una mañana cuando estudiaba en París, regresaba a mi casa un poco borracho. Pasó el ferrocarril del mercado y en el vagón de las aves un gallo sacó la cabeza v cacaraqueó. Pues bien, desde el año 27 hasta el 84 duré pensando qué significación tenía esa escena del gallito. En un viaje que hice a Villavicencio descubrí la cosa: es lo que le pasa al hombre cuando se despierta, va a hacer sus diligencias y todo le resulta mal. Le sucede lo del gallito, pues por la noche ve que perdió el pescuezo. Y luego veo que a las nuevas sociedades les pasa lo mismo, pues cuando han hecho su conformación social y jurídica viene la economía, les da un golpe y llega la crisis. Luego llega la guerra, hasta que el gallito, que es el Estado, también entrega el pescuezo y otra etapa se inicia". Finalmente, le hacemos al maestro Vidales una pregunta de cajón, que en este caso resulta interesante, y es qué consejo le da a los jóvenes poetas que empiezan: "En primer lugar que piense en los demás y que trate de ser su representante. También que observe cuáles son sus rormas de expresión tratando de vigilar cuáles son sus inclinaciones ante el espectáculo del mundo, de la temática, encontrando su propio lenguaje para llevarlo al papel. Es un aprendizaje que nunca termina. A mí me dicen maestro, pero a veces pienso que apenas estoy comenzando..". --
·Diana Lloreda -