LOS TRIUNFOS DE FELIPE

Cuando Felipe Díaz, el extraordinario bailarín clásico colombiano, se alzó con el cuarto premio de la Competencia Internacional de Moscú en 1992, de inmediato le llovieron toda suerte de ofertas de compañías del mundo entero. Las cuales no aceptó porque prefirió consolidar su posición en el San Francisco Ballet en Estados Unidos.
Ahora, cuando consideró que era el momento de emprender una nueva etapa en su carrera y aceptó el ofrecimiento de convertirse en solista del Ballet Nacional de Holanda, resolvió presentarse a la Competencia Internacional de Ballet de Jackson en Missisippi, el más importante encuentro balletístico que se realiza en América. En medio de más de 200 competidores del mundo entero Felipe se impuso poco a poco en rondas y eliminatorias, para finalmente alcanzar el cuarto lugar.
Aunque él mismo es un tanto escéptico con estos concursos "porque en ellos juegan demasiados factores extraballetísticos, como la política y otros intereses" _dice_, también tiene claro que supo poner en alto el nombre de su país y que, quiérase que no, el premio es una especie de renovada credencial para entrar con pie derecho en el competido mundo del ballet clásico europeo.