Home

Cultura

Artículo

| Foto: Archivo particular

MÚSICA

“Los músicos de la Belle Epoqué fueron verdaderos revolucionarios”

Lucianne Renaudin-Vary, la trompetista de 17 años invitada al Festival Internacional de Música de Cartagena, que comenzó este viernes, habló con Semana sobre la música francesa, homenajeada en esta versión del evento.

7 de enero de 2017

No había cumplido 9 años cuando cuándo tocó por primera vez una trompeta en el Conservatorio de Le Mans, en donde la dirigía el maestro Philippe Latiffe. A los 11 ya había ganado premios y ocupaba algún lugar en el podio de los concursos de trompetistas jóvenes de Europa compitiendo contra músicos mayores que ella por tres o incluso seis años. A los 14 ya hacía parte de la orquesta de la Universidad Big Band, en donde se codeó con artistas y músicos de renombre.

Se trata de Lucianne Renaudin-Vary, una de las trompetistas con más proyección en el escenario europeo y quien, de a poco, se ha convertido en una de las invitadas más frecuentes a varios festivales musicales alrededor del mundo. Su último año, de hecho, ha sido muy positivo: no sólo ganó la categoría de artista revelación en el Victories de la Musique Clasique 2016, uno de los eventos más importantes de la industria en Francia, sino que grabó con Warner su primer disco como solista, que saldrá a la venta durante el año.

A Cartagena llega pocos días antes de cumplir 18 (nació un 28 de enero de 1999) para participar en tres de los conciertos de la programación de la onceava versión del festival de música: un homenaje a la Belle Epoqué (12 de enero), un repertorio de Opera-Comique (10 de enero) y uno de los conciertos gratuitos en la Plaza de San Pedro (14 de enero).

Semana.com habló con ella sobre la música francesa, la Belle Epoqué y los compositores Debussy y Ravel, que fueron homenajeados este viernes en el concierto inaugural del festival en el que participó la orquesta Le Siecles, que la acompañará durante una de sus presentaciones. 

Semana.com: Uno de sus conciertos en Cartagena es sobre la Belle Epoqué, ¿qué tan importante fue este periodo para la música?

Lucianne Renaudin: Fue un periodo de paz y desarrollo económico, técnico e industrial. Esos años de auge tuvieron repercusiones en el medio cultural francés y más aún en la vida musical, marcados por Gabriel Fauré, Camille Saint-Saëns, Calude Debussy y Maurice Ravel.

Los músicos se reunían en los salones parisinos, hacían intercambios con los pintores, los poetas, los intelectuales, y eso contribuyó a que apareciera una música que rompió con las tradiciones y en su momento perturbó. ‘Pelleas y Melissandre’ de Debussy o la escandalosa ‘La consagración de la primavera’ de Igor Stravinski son un ejemplo.

Semana.com: El artista más importante (o por lo menos más reconocido) de esa época es precisamente Claude Debussy, ¿qué es lo que más le atrae de su música?

L.R.: Él es un compositor que representa a la perfección esa corriente que nació a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En ese entonces fue una gran influencia y una revolución para todos los compositores. Incluso los músicos de jazz, como el pianista Duke Ellington, se inspiraron en sus armonías.

Lo que más me atrae de su música es más que todo su trabajo de investigación sobre los sonidos y las relaciones entre los diferentes instrumentos. También me gusta mucho que sus composiciones le dejan espacio a la imaginación de quienes las escuchan. ‘El mar’, por ejemplo, es una pieza muy libre, en la que se puede pensar en una historia. Y la manera en la que nos hace imaginarnos el agua al escucharla, lo convierte en una especie de orfebre de la música.

Semana.com: Otro de los representantes de esa época es Maurice Ravel….

L.R.: ¡La música de Ravel también es apasionante! A mí me encantan sus melodías y las armonías que las sostienen, como en ‘Pavana para una infanta difunta’ que es absolutamente deliciosa. Además, su música tiene influencias españolas que son muy enriquecedoras. Tiene algunas composiciones impresionistas, como ‘Juegos de agua’, a la que yo personalmente amo, y en la que –como Debussy– también hace referencia al agua.

Sus armonías son increíbles, y especialmente los elementos del jazz que introdujo en algunas piezas, como en la sonata para violín y piano que hace referencia al blues. Y en mi corazón también hay un espacio para la adaptación a ballet de ‘Dafnis y Cloe’, que tiene una música muy poderosa y llena de emociones. La presencia de un coro le da más profundidad y estilo a esa pieza.

Semana.com: ¿Las composiciones de artistas como ellos cambiaron para siempre la música?

L.R.: Sí. Ravel y Debussy son dos inventores increíbles que trajeron una especie de revolución. Le dieron vida a la música y renovaron las formas, los principios de escritura… empujaron los límites, las armonías, los colores orquestales, la orquestación. ¡Son unos verdaderos revolucionarios!

Semana.com: ¿Ellos siguen siendo una influencia para esta nueva generación de músicos en Francia?

L.R.: Sí. De hecho todos los grandes, ya sean Bach, Monteverdi o Boulez siguen influyendo en las nuevas generaciones. Y por supuesto, eso incluye a los compositores de esa época, que ampliaron la dimensión y las oportunidades para hacer música. Por eso son y seguirán siendo una de las mayores influencias para todos los compositores actuales. En parte, yo pienso que todos ellos seguirán vivos mientras su música siga hablando a través de nosotros.

Semana.com: ¿Cuáles músicos franceses de la actualidad les recomienda a los colombianos?

L.R.: Es difícil citarlos a todos. Yo admiro a Alexandre Tharaud, Christophe Dumaux, Philippe Jaroussky, los hermanos Capucon, Julie Fuchs, Sabine Devielhe, Nathalie Dessay, etc. Y me gustan las composiciones de Thierry Escaich, Bruno Montovani y Camille Pépin.