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Wang (Tang Wei), espía de la resistencia china, tiene la misión de seducir al líder colaboracionista Yee (Tony Leung) hasta volverlo un blanco fácil

CINE.

Lujuria y traición

Ang Lee vuelve a los terrenos de la pasión reprimida con esta enrevesada historia de amor en medio de la guerra. ***1/2 (Muy buena)

Ricardo Silva Romero
4 de octubre de 2008

Titulo original: Se, Jie.

Año de estreno: 2007.

Dirección: Ang Lee.

Actores: Tang Wei, Tony Leung Chiu Wai, Joan Chen, Wang Lee-Hom.

Si su idea es encontrarse en los múltiplex con lo que sugiere el título en español, con un largometraje acalorado sobre los explotados "bajos instintos", lo más probable es que sufra una gran decepción. Si su idea es ir a cine "a matar el tiempo", como dice, en un momento de coquetería, la fascinante protagonista de este relato, Lujuria y traición es la película a ver porque consigue que una tarde larga se pase volando: se trata de una entretenida, compleja, emocionante historia de amor, en medio de la Segunda Guerra Mundial en China, que llevará a sus tres involucrados a dudar incluso de sus ideas políticas. Si la idea es ir a ver la más reciente obra del cineasta taiwanés Ang Lee, el hombre que ha sido capaz de filmar producciones tan diferentes como Sensatez y sentimientos (1995), El tigre y el dragón (2000) y Secreto en la montaña (2005), este trabajo estupendo probará que estamos ante uno de los pocos maestros de hoy.

El título original en inglés, Lust, Caution, nos da una pista sobre qué tienen en común las películas de Lee. Parecería, apenas se revisa su filmografía, que no tiene obsesiones ni marcas de estilo aparte de las ganas de contar historias: a la lista habría que sumarle ficciones como El banquete de bodas (1994), La tormenta de hielo (1997) o Hulk (2003) para llegar a la conclusión de que se trata de un gran realizador por encargo. Sin embargo, si se piensa con cuidado en cada una, se comprenderá que "lujuria, precaución" es un buen resumen de lo que pasa en sus narraciones: como Wang, la joven huérfana que por amor a un activista de la resistencia se convierte en la amante secreta del peor enemigo de la revolución, sus personajes han hecho siempre hasta lo imposible para no perder las riendas de sus deseos. Pensemos en el guerrero legendario de El tigre y el dragón, que se reencuentra con la mujer que ama en plena aventura. O en los vaqueros que se enamoran, en Secreto en la montaña, en un paraje perdido en Estados Unidos.

Los cinéfilos notarán que Lujuria y traición se pregunta qué habría pasado en Notorious, el genial largometraje de Alfred Hitchcock, en el caso de que la espía hubiera depositado en el espiado algo de la pasión coartada. Esta vez la historia sucede, desde 1938 hasta 1942, en la China que ha sido ocupada por los japoneses. La enigmática Wang tiene la misión de enredar al señor Yee, importante líder del gobierno colaboracionista, hasta convertirlo en un blanco fácil para los rebeldes. Su situación se alarga, forzada por un lamentable grupo de hombres cobardes, hasta retar la paciencia del auditorio. Su seducción es tan meticulosa que puede perder algunos espectadores por el camino. Pero al final, si se ha ido sin afán, si se ha ido para ver qué más ha descubierto Lee sobre la represión del deseo, logrará que todos bajemos la guardia como si nosotros fuéramos los seducidos.